GDM Summit: de qué se trata el rescate de los Objetivos de Desarrollo del Milenio

Topnaar

2000 fue un buen año, o al menos un año lleno de esperanza para el mundo. En septiembre, 189 líderes mundiales se reunieron en las Naciones Unidas y prometieron reducir a la mitad la cantidad de personas que viven en condiciones de pobreza extrema para 2015.

¿Por qué, ya que estábamos, no se propusieron acabar con la pobreza totalmente?, dirán (y dijeron) muchos. Lo cierto es que así de obvio y necesario como suena ese propósito, al menos coincidieron en este objetivo, y ése, señores, tal como está la humanidad, es un logro digno de celebrar. Hasta ahora nunca había sucedido que tantos países se pusieran de acuerdo en eso, que se comprometieran y que pusieran un plazo para cumplir ese objetivo común. Hicieron falta 2000 años.

La hoja de ruta constaba de objetivos mensurables y sus plazos, con fecha límite en 2015, denominados los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM):

  1. Erradicar la pobreza extrema y el hambre
  2. Conseguir la escolarización primaria universal
  3. Fomentar la igualdad de género y dotar de poder a las mujeres
  4. Reducir la mortalidad infantil
  5. Mejorar la sanidad materna
  6. Combatir el VIH y el SIDA, la malaria y otras enfermedades
  7. Asegurar la sostenibilidad medioambiental
  8. Desarrollar un partenariado global para el desarrollo

Si los líderes mundiales cumplieran sus promesas de ayuda, el mundo de 2015 sería completamente diferente. Los niños de todo el planeta tendrían acceso al agua potable y a una alimentación adecuada. Podrían terminar la escuela primaria y eso les daría muchas posibilidades. El VIH no sería una infección común. Más mujeres sobrevivirían al parto y podrían cuidar y educar a las próximas generaciones. Las comunidades vulnerables podrían lidiar con los desastres climáticos y sus impactos económicos derivados. Habría más puestos de trabajo decentes, y los trabajadores podrían ganar lo suficiente para alimentar a sus familias, generar bienes y ahorrar para el futuro.

¿Suena como un sueño demasiado utópico de una blogger que vive en un mundo ficticio? Realmente no lo es. Este mundo es lo que 189 países firmantes se comprometieron a conseguir cuando firmaron los ODM. Según Oxfam, para acabar con la pobreza hubieran sido necesarios 151 mil millones de dólares en 2005, y eso no es mucho más que los 131 mil millones que el mundo gastó en caramelos ese mismo año.

2000 fue un año esperanzador; 2009 fue el año en el que la crisis hizo que más de la mitad de los donantes de la OCDE recortaran sus ayudas a los países pobres, a pesar de dirigir grandes cantidades al salvataje de entidades financieras. 2010 puede ser el año en el que se reafirmen los objetivos, para llegar mejor a 2015.

Hay muchas personas y ONGs trabajando para que los acuerdos se respeten y los Objetivos de Desarrollo del Milenio puedan ser reconducidos antes de la fecha límite. Ban Ki-Moon, el Secretario General de las Naciones Unidas ha hecho un llamamiento en forma de cumbre (MDG Summit) para que los líderes mundiales se reúnan con él para revisar los avances de cada uno en la sede de la ONU de Nueva York del 20 al 22 de septiembre.

Para que lo que se diga allí no se quede en cuatro paredes, Oxfam a través de VOICE, invita a 17 bloggers de todo el mundo, yo entre ellos, que estaremos desde la Sede de Naciones Unidas contando todo lo que nuestros ojos y oídos capten durante la cumbre. Siempre he creído que la caridad y las buenas intenciones no suelen concretar cambios duraderos si no están acompañados de acción política, y que cada uno puede hacer algo por cambiar el mundo. Y creo que no estamos hablando lo suficiente de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Habrá mucho que contar.

La foto es de una niña topnaar que fotografié este año en Namibia.

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