Un flashmob en la oficina del paro

Una oficina del paro, 2013, Madrid, España. Javier Gallego y el equipo de Carne Cruda hicieron este video para contarnos que vuelven, ahora a la SER. El vídeo provocó varias críticas en redes sociales por utilizar un recurso demagógico en una situación dramática para muchas personas. A mí no me lo pareció, pero estoy con dudas… ¿Hubiera estado bien si no se hubiera usado para publicidad? ¿El hecho de que sea un anuncio lo hace malo?

Felix Baumgartner y sus piececitos

La foto es de Jay Nemeth. No es de hoy sino de una de las pruebas previas al salto desde la estratósfera de Felix Baumgartner, pero es igual de bella y transmite todo lo que vivimos hace minutos. Al que no se le encogió el corazón cuando vio los piececitos de Felix Baumgartner colgando en el vacío a 39.000 metros de altura no tiene sangre en las venas. Está por confirmarse, pero sería la primera vez que una persona alcanza la velocidad del sonido en estas condiciones y hasta ahora no se sabía qué pasaría. Si el experimento lo patrocina una marca comercial, si es la mejor campaña de publicidad de la historia, si se venden tropocientas latas de Red Bull, de verdad, para mí es un dato secundario.

Qué momento más maravilloso, qué pequeños se ven tus pies cuando la Tierra está debajo, qué heroico Baumgartner, qué tiempos privilegiados vivimos en que podemos ver a través de 9 cámaras la asombrosa serenidad de un astro-paracaidista, en que internet se transforma durante 4 minutos en la TV de 8 millones de personas.

Internet, un espacio lleno de voz humana

Quienes hacemos uso de la comunicación en internet desde hace mucho tiempo tenemos incorporado un código inconsciente, una cultura de la libertad que no cuadra con el estilo formal y rebuscado de otros lenguajes, como las notas de prensa, los escritos formales o el tono de los relacionistas públicos.

Internet da un poder comunicativo a cada individuo en una dimensión nunca antes conocida, porque permite a todos conectarse de igual a igual, y es en este espacio donde la comunicación no puede ser de otra forma que personal, directa, conversacional. Hay una antena que todos tenemos para darnos cuenta si alguien nos está hablando de forma directa, de tú a tú. Parece simple, pero ha costado más de 10 años que esto sea entendido por muchas empresas y ejecutivos, relacionistas públicos y marcas, y aún así muchos parecen no terminar de encontrar la forma.

Nacida libre y abierta, Internet ha sido hasta ahora (y esperemos que lo siga siendo) un espacio lleno de la voz humana. Parte del entusiasmo con el que se participa en ella tiene relación con esto: con la gratificación que produce expresarse y escuchar a las personas auténticas que están del otro lado. Cada vez más gente participa de las redes, y las conversaciones adquieren una escala global.

El cambio que trae Internet a la comunicación y a la cultura es espectacular y ha hecho que hablemos muchas veces de revolución. La actitud reinante en la Red combina amplias dosis de humor, de inteligencia e ironía. Algo muy alejado de la superficialidad y vacuidad de las comunicaciones corporativas o de la pretendida objetividad periodística. Cuanto menos tardemos en comprender que la comunicación en Internet se halla impregnada de esa voz humana que habíamos perdido con años de marketing y gabinetes de prensa, más pronto empezaremos a disfrutar de la fiesta.

Este artículo fue publicado en el libro: 80 claves sobre el futuro del periodismo, de José Luis Orihuela.

La voz de internet

Quienes estudiamos y hacemos uso de la comunicación en internet desde hace mucho tiempo tenemos incorporado un código inconsciente, una cultura de la libertad que no cuadra con el estilo formal y rebuscado de otros lenguajes, como las notas de prensa, los escritos impersonales o el tono de los relacionistas públicos.

Internet da un poder comunicativo a cada individuo en una dimensión nunca antes conocida, porque permite a todos conectarse de igual a igual, y en este espacio la comunicación no puede ser de otra forma que personal, directa, conversacional. Hay una antena que todos tenemos naturalmente para darnos cuenta si alguien nos está hablando de forma directa, de tú a tú. Parece simple, pero ha costado más de 10 años que esto sea entendido por muchas empresas y ejecutivos, relacionistas públicos y marcas, y aún así muchos parecen no terminar de encontrar la forma.

Nacida libre y abierta, Internet ha sido hasta ahora (y esperemos que lo siga siendo) un espacio lleno de la voz humana. Parte del entusiasmo con el que se participa en ella tiene relación con esto: con la gratificación que produce expresarse y escuchar a las personas auténticas que están del otro lado. Cada vez más gente participa de las redes, y las conversaciones adquieren una escala global.

El cambio que trae Internet a la comunicación y a la cultura es espectacular y ha hecho que hablemos muchas veces de revolución. La actitud reinante en la Red combina amplias dosis de humor, de inteligencia e ironía. Algo muy alejado de la superficialidad y vacuidad de las comunicaciones corporativas o de la pretendida objetividad periodística. Cuanto menos tardemos en comprender que la comunicación en Internet se halla impregnada de esa voz humana que habíamos perdido con años de marketing y gabinetes de prensa, más pronto empezaremos a disfrutar de la fiesta.

Este es un texto con el que colaboro en la página 155 del libro «80 claves sobre el futuro del periodismo«, de José Luis Orihuela.

El lenguaje del #15m

Uno de los aspectos más singulares del #15m fueron sus pancartas, que desde plazas, redes sociales y barrios hablaban un lenguaje propio. Expresiones como «Downloading nueva versión de Democracia2.0 —- 99%» o «Yo no soy antisistema, vosotros sois antipersonas» introdujeron de plano un nuevo discurso social.

Muchas de estas consignas fueron analizadas por Raúl Minchinela, crítico cultural, que cuenta algo de eso en un video que presentó antes de su charla en el CCCB de Barcelona el viernes pasado. (Una pena que estas sesiones no queden grabadas, si lo están que alguien me avise).

Las nuevas tecnologías y el idioma español

Vuelve este debate sobre si las nuevas tecnologías (sigo sin saber por qué les llamamos nuevas, pero es tema de otro post) afectan a la salud del español. Cuando la gente de RTVE me invitó a participar en el programa especial dedicado al español en El Debate de La 2, pregunté en Twitter y muchas respuestas coincidían en que el lenguaje SMS empobrece el idioma y tiene la culpa de que los jóvenes (sic) no sepan escribir. Me llamó mucho la atención y pregunté si la culpa de que no supieran escribir la tenía el móvil o quienes forman a esos jóvenes: sus padres y su escuela. Yo por mi parte veo cada vez más gente interesada en escribir mejor, en las normas y la gramática, y cuando hablo de estos temas con mis querido equipo de bloggers, agradecen mucho cualquier manual o explicación de cómo mejorar nuestra escritura.

Vivimos en la época en la que más contenido se ha generado por persona en la historia, y en la que más cantidad de información se consume. Las nuevas tecnologías traen una multiplicidad de códigos nuevos que tenemos que aprender a manejar para comunicarnos, pero eso nunca empobrece el lenguaje sino todo lo contrario: abre nuestra mente a nuevos escenarios donde podemos encontrar nuevos medios de comunicar mejor nuestro mensaje.

Sigo recibiendo mensajes agradecidos de quienes vieron el programa y también de quienes no pudieron verlo, así que dejo aquí el enlace a la web de RTVE donde está el video. En el plató estuve con (desde mí a mi derecha): Xosé Castro, traductor y divulgador lingüístico; Benjamín Prado, novelista y poeta; María Casado, la presentadora del programa; Carmen Caffarel, directora del Instituto Cervantes; Pedro Álvarez de Miranda, catedrático de Lengua Española y académico de la Lengua y Alberto Oliart, presidente de RTVE.es.

Amigos de internet

coffee

«Quiero hacer un artículo sobre las relaciones modernas, hablaré de tener amigos de internet». Está bueno el tema porque a todos nos ha pasado mil veces el tener que enredarse explicando que esa persona que conocemos tanto, que es tan cercana a nosotros, la conocimos vía internet, y probablemente nunca le hayamos visto en persona. Y si lo hicimos y tuviéramos que contar las veces que nuestras conversaciones fueron cara a cara, no lleguemos a nombrar más de dos. O una. O ninguna.

Eso debe haber pensado Susan Orlean, y publicó su lista de tipos de relaciones sociales en The New Yorker, que procedo a resumir, traduciendo libremente:

  1. El amigo «de toda la vida», el que conoces en persona, que invitarías a tu boda, ya me entienden.
  2. El «conocido», o amigo de tus amigos, que te cae bien, pero donde no hay un lazo demasiado fuerte. Con él te comunicas más a través de los medios sociales en internet. Normalmente no invitarías a esta persona a una fiesta pequeña en tu casa pero sí lo incluyes ahora en tu círculo social online.
  3. El amigo-amigo que conociste en Twitter o en Facebook o quién recuerda dónde pero que se convierte en la persona con la que hablas varias veces por día. No lo conoces en persona.
  4. El amigo del tipo 3, pero con quien has te has encontrado física y ocasionalmente una vez.

No es una mala clasificación pero me parece un poco simplista. Por supuesto, calificar tipos de relaciones es complicadísimo, porque todas las personas son diferentes y el lazo que construimos con cada una también lo es. Pero me parece que esta mujer cae en calificar amigos online y amigos offline.

Una vez titulé así un post que escribí sobre el tema, y luego cambié el título porque era exactamente opuesto a lo que pensaba. Sigo creyendo que simplificar las relaciones trayendo los esquemas antiguos nos priva de la riqueza de las redes en internet. Las redes sociales virtuales son diferentes de las redes sociales de quienes sólo se conocen cara a cara, dije en ese momento pero realmente esta es otra forma de clasificar dando más importancia al encontrarse físicamente que al hacerlo vía conversaciones e intercambio de ideas. Puestos a clasificar, prefiero considerar otros estudios, como el que clasifica a la amistad de acuerdo a su funcionalidad, porque no considera a internet otro mundo paralelo.

Llega un momento, sobre todo cuando pasas bastante tiempo conectado, que notas que tu vida no es una fuera de internet y otra dentro. Todo lo que me pasa a través de internet es tan real como lo que sucede cuando no estoy conectada. La única diferencia podría ser que la gente con la que me comunico por medio de internet comparte más, comunica más, en general, por ese medio. Sí, tengo amigos con los que me paso horas conversando enfrente de una taza de café, y me encanta eso. Tengo charlas de esas donde las horas de la madrugada se vuelan entre confesiones. Pero a veces es via internet, a veces es cara a cara, y a veces es por teléfono. ¿Tiene algún sentido decir: mis amigos de teléfono, mis amigos de chat, mis amigos de las tazas de café? Para mí, ninguno.

Foto: tzofia