Libros que leí en 2018

Twitter and Tear Gas, Zeynep Tufekci

Confesiones, Henry Marsh

Hope in the Dark, Rebecca Solnit

Life 3.0, Being Human in the Age of Artificial Intelligence, Max Tegmark

Deseo de ser punk, Belén Gopegui

Tierra de campos, David Trueba

El fruto prohibido, Liv Strömquist

Milk and honey, Rupi Kaur

The Vagina Monologues, Eve Ensler

El feminismo lo cambia todo, Silvia Clavería

Madrid, 1987, Fernando Trueba

La desaparición de Stephanie Mailer, Joël Dicker

The Death and Life of Great American Cities, Susan Jacobs

Sharp, The Women Who Made an Art of Having an Opinion, Dean Michelle

Ordesa, Manuel Vilas

Bad Feminist, Roxane Gay

#republic, Divided democracy in the age of social media, Cass R. Sustein

Marilyn, Gloria Steinem

El filtro burbuja, Eli Pariser

La hora violeta, Sergio del Molino

El eco de los disparos, Edurne Portela

Solitude, Michael Harris

Nada, Carmen Laforet

Todos nuestros ayeres, Natalia Ginzburg

En el punto de mira, de Baltasar Garzón

Deshaciendo errores: Kahneman, Tversky y la amistad que nos enseñó cómo funciona la mente, Michael Lewis

La fantasía de la individualidad, Almudena Hernando

Cuatro siglos del periodismo en España, María Cruz Seoane, María Dolores Saiz

El blanco móvil del periodismo, Miguel Ángel Bastenier

Número Cero, Umberto Eco

Últimas noticias sobre el periodismo, Furio Colombo

Caminar, William Hazlitt & Robert Louis Stevenson

Cómo ser una mujer y no morir en el intento, Carmen Rico-Godoy

What Happened, Hillary Rodham Clinton

El Segundo Poder, Margarita Riviere

El triángulo de la Transición, Ana Romero

Morder la manzana, Leticia Dolera

Elogio de la bicicleta, Marc Augé

Papel Mojado, Mongolia

El fin de una época, Iñaki Gabilondo

El sentir de las mujeres, Nativel Preciado

Mastering Bitcoin, Andreas Antonopoulos

Los que sueñan el sueño dorado, Joan Didion

Lenguaje, poder e identidad. Judith Butler

Algo más que periodistas, Félix Ortega y M. L. Humanes

The Passion according to G.H., Clarice Lispector

El acoso moral, Marie-France Hirigoyen

El muro invisible, Politikon

El estilo del periodista, Alex Grijelmo

La vida interior de las plantas de interior, Patricio Pron

Las sinsombrero, Tania Balló

Antología esencial, Roberto Juarroz

A writer’s life. Gay Talese

Women and Power. Mary Beard

Fire and Fury: Inside the Trump White House, Michael Wolff

La revolución blockchain, Don Tapscott

The Sense of an Ending, Julian Barnes

Otros libros leídos en años anteriores se pueden ver en mi Goodreads

Libros que leí en 2017

Las chicas, Emma Cline

Fierce attachments, a memoir. Vivian Gornick

El periodismo es un cuento, Manuel Rivas

The year of magical thinking, Joan Didion

La vida de un periodista. Ben Bradlee

You just don’t understand. Women and men in conversation. Deborah Tannen

Everyday sexism. Laura Bates

Boomerang. The Meltdown Tour. Michael Lewis

Quién quiere ser madre. Silvia Nanclares

Secrets and lies. Digital Security in a Networked World. Bruce Schneier

La guerra contra las mujeres. Rita Laura Segato

Poesía completa. Paul Auster

Capital erótico, Catherine Hakim

Obras completas, Oliverio Girondo

Wonder Woman, el feminismo como superpoder, Elisa McCausland

Cada mesa, un Vietnam; Enric González (editor)

20 poemas para ser leídos en el tranvía, Calcomanías, Oliverio Girondo

El violento oficio de escribir, Rodolfo Walsh

Poesía completa, Paul Auster

Fortunas del feminismo, Nancy Fraser

Fariña, Nacho Carretero

Los amores difíciles, Ítalo Calvino

Vigilar y castigar, Michel Foucault

La noche de la pistola, David Carr

The Power, Naomi Alderman

Los cínicos no sirven para este oficio, Ryszard Kapuscinsky

Mujeres tenían que ser. Felipe Pigna

El amante, Marguerite Duras

Manual para mujeres de la limpieza, Lucia Berlin

Cerca del corazón salvaje, Clarice Lispector

La sociedad que seremos. Belén Barreiro

Los hombres me explican cosas, Rebecca Solnit

La reinvención del New York Times, Ismael Nafría

10 ingobernables. Historias de transgresión y rebeldía. June Fernández

El género en disputa, Judith Butler

La España vacía, Sergio del Molino

La dominación masculina, Pierre Bordieu

Profesionales del periodismo. Hombres y mujeres en los medios de comunicación.  Marisa García de Cortázar, María Antonia García de León.

Lean in, Sheryl Sandberg

Feminismo para principiantes, Núria Varela

Género y comunicación. Juan F. Plaza

Sapiens, de animales a dioses. Yuval Noah Harari

Una historia personal, de Katharine Meyer Graham

Chaos Monkeys: Obscene Fortune and Random Failure in Silicon Valley,  de Antonio Garcia Martinez

A sangre y fuego, por Manuel Chaves Nogales

Sin noticias de Gurb, Eduardo Mendoza

La guerra de las salamandras, Karel Capek

Teoría King Kong, por Virginie Despentes

La mujer loca, por Juan José Millás

Public Opinion, por Walter Lippmann

Habibi, por Craig Thompson

Blankets, por Craig Thompson

El ojo desnudo, de Antonio Martínez Ron

Feminist Fight Club, de Jessica Bennett

Patria, de Fernando Aramburu

El mundo deslumbrante, por Siri Hustvedt

Otros libros leídos en años anteriores se pueden ver en mi Goodreads

Libros que leí en 2016

Ha sido un buen año de lectura.

Política Moral, de George Lakoff

La sociedad de coste marginal cero: El Internet de las cosas, el procomún colaborativo y el eclipse del capitalismo, de Jeremy Rifkin

Colapso, de Jared Diamond

En movimiento. Una vida, por Oliver Sacks

Los detectives salvajes, por Roberto Bolaño

De vidas ajenas, de Emmanuel Carrère

En el principio… fue la línea de comandos, por Neil Stephenson

Mitologías, por Roland Barthes

Historias del calcio, por Enric González

La mujer rota, por Simone de Beauvoir

Las partículas elementales, por Michel Houellebecq

Historia y utopía, por Emile Cioran

Hablando del asunto, por Julian Barnes

Historias de Roma, por Enric González

Historias de Londres, de Enric González

Not that kind of girl, por Lena Dunham

Historias de Nueva York, de Enric González

Cómo me hice monja, por César Aira

Newpaper: cómo la revolución digital transforma la prensa, por Albert Montagut

Un antropólogo en Marte, por Oliver Sacks

El Peligro De Creer, de Luis A. Gamez

Una muñeca rusa, por Adolfo Bioy Casares

El descubrimiento de la Tumba de Tut-Ankh-Amon, por Howard Carter

Instrumental, de James Rhodes

Yes Please, de Amy Poehler

Alucinaciones, de Oliver Sacks

Armas, Gérmenes y Acero , de Jared Diamond

High Output Management, por Andrew S. Grove

Ready Player One, por Ernest Cline

El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, de Oliver Sacks

Una Habitación Propia, de Virginia Woolf

Si Me Necesitas, Llámame, de Raymond Carver

Alta Fidelidad, de Nick Hornby

Elon Musk, por Ashlee Vance

Bossypants, por Tina Fey

Coño Potens, por Diana Junyent Torres

On The Map: Why the world looks the way it does, por Simon Garfield

Los innovadores: Los genios que inventaron el futuro, de Walter Isaacson

Sociedades comparadas: Un pequeño libro sobre grandes temas, por Jared Diamond

¿Por qué es divertido el sexo?/ Why Is Sex Fun?, por Jared Diamond

Richard Yates, por Tao Lin (y cubierta de Javier Arce)

Open, memorias, por Andre Agassi

The Sense of Style: The Thinking Person’s Guide to Writing in the 21st Century, por Steven Pinker

Limónov, por Emmanuel Carrère

Laughable Loves, por Milan Kundera

Esto no es una historia de amor, por Jose A. Pérez

What If?: Serious Scientific Answers to Absurd Hypothetical Questions, por Randall Munroe

Bartleby, The Scrivener, por Herman Melville

Otros libros leídos en años anteriores se pueden ver en mi Goodreads

Graffiti en el mundo árabe

El-Seed

Al-Calli-Graffiti, me dicen que así se le llama a un arte que mezcla la escritura caligráfica del árabe con el graffiti. Su inventor es El-Seed, un artista francés de origen tunecino, que aprendió de dos de los maestros caligráficos modernos: Hassan Masood y James Baldwin.

La imagen arriba es una de sus obras en el barrio de Manshiya Nasr, en el Cairo. Allí es donde vive la comunidad copta de Zaraeeb (a los que algunos llaman peyorativamente Zabaleen, que significa la gente de la basura). Durante décadas, estas gentes han recogido los desechos del Cairo, desarrollando un sistema eficiente de reciclaje a nivel global. El-Seed observa que a pesar de eso, el lugar es percibido como sucio y sus habitantes son marginados.

El artista se desplazó con su equipo y con ayuda de la comunidad creó una pieza anamórfica que se esparce sobre unos 50 edificios, y es sólo visible desde cierto punto del monte Moqattam. La inscripción utiliza una frase de San Atanasio de Alejandría, un obispo copto del siglo III, y dice:

Cualquiera que quiera ver la luz del sol claramente sólo necesita limpiarse los ojos primero

‘إن أراد أحد أن يبصر نور الشمس، فإن عليه أن يمسح عينيه’

El-Seed tiene página web y vende sus obras, pero también hay otros otros artistas del graffiti en países árabes más desconocidos o que buscan su anonimato para poder expresarse. Ellos también están llenando los muros de sus ciudades de palabras que son imágenes cargadas de ideas y belleza.

(Thanks, Tarek)

Libros que leí en 2015

Demasiada felicidad, por Alice Munro

Medicina sin engaños: Todo lo que necesitas saber sobre los peligros de la medicina alternativa, por J. M. Mullet

Fuego y cenizas. Éxito y fracaso en política, de Michael Ignatieff

Ja. La Ciencia De Cuándo Reímos Y Por Qué, de Scott Weems

La soledad de los números primos, Paolo Giordano

The Hell of it All, Charlie Brooker

La ciudad de los prodigios, de Eduardo Mendoza

Cosas que me contó un pajarito: Confesiones de una mente creativa, por Biz Stone

Cryptonomicon, de Neal Stephenson

Memes, de Jaron Rowan

How to Be a Woman, de Caitlin Moran

Bitcoin: La caza de Satoshi Nakamoto, de Preukschat, Busquet, Ares

Manual del ciberactivista digital, de Javier de la Cueva

La Naturaleza del Software, de Eduardo Díaz

Principios y algoritmos de concurrencia, de Ricardo Galli

Aprende Git: … y, de camino, GitHub, de JJ Merelo y Pablo Hinojosa

The Checklist Manifesto: How To Get Things Right, de Atul Gawande

Turing’s Cathedral: The Origins of the Digital Universe, de George Dyson

La Lengua De Las Matemáticas Y Otros Relatos Exactos, de Fernando Álvarez

La aventura del tocador de señoras, de Eduardo Mendoza

La Oculta, de Héctor Abad Faciolince

Predictably Irrational: The Hidden Forces That Shape Our Decisions, de Dan Ariely

Gone Girl, de Gillian Flynn

The Martian, de Andy Weir

When Computers Were Human de David Alan Grier

Otros libros leídos en años anteriores se pueden ver en mi Goodreads

Nasreen Mohamedi

Nasreen Mohamedi

It was something that really stayed with me—that a humble work can also seem monumental, dijo Philippe Vergne. Líneas y líneas perfectas que no son frías, que transmiten tanto. Minimalismo lleno de profundidad. Hay que ir a ver Nasreen Mohamedi, mujer, pakistaní que vivió en India, zen, en sus dibujos de grafito y papel. Está hasta enero en el Reina Sofía, en Madrid.

El patrón del mal: una serie bien verraca

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Me quedan 10 capítulos para terminar la serie colombiana de Pablo Escobar, «El patrón del mal», y me acabo de dar cuenta de que he suspendido todo otro TV show, película y mucho de lo que pudiera ocupar mi tiempo libre para consumir frenéticamente los 103 capítulos que llevo. Lo había advertido Casciari pero pensaba que exageraba, como todo argentino 😉

El mayor delincuente de Colombia era además un multimillonario que gastaba 2.500 dólares por mes sólo en gomitas para atar los fajos de dinero. Su hermano, que llevaba la contabilidad, contó que tenía que descontar un 10% de sus ingresos anuales en billetes que se destruían a causa de la humedad o las ratas. Ganaba 21.000 millones al año de los que descontaba más de 2.000 millones en ese concepto. Tenía tanto dinero que literalmente, le sobraba, porque no podía gastarlo. Escobar vivió prófugo y con miedo a la extradición hasta su muerte.

Pablo Escobar es de esos tipos malos fascinantes, al nivel de Tony Soprano. Pero el personaje es mucho más humano que Rubén Bertomeu, el empresario corrupto de Crematorio, y más ingenuo que el Frank Underwood de House of Cards, aunque más sanguinario que todos estos. Sabes que Escobar es el generador de tanta muerte y desgracia, pero tu odio es racional. En algunos momentos de la serie parece que lo entiendes y eso te horroriza. Lo odias y quieres que ganen los buenos, pero estás metida en su carrera hacia adelante. Y ya no entenderás nada, como cuando ves a un sicario que le pide protección a la virgen antes de ir a matar.

Y en ese momento también lees por ahí que la serie que muestra a un Escobar tan humano fue producida por la sobrina de Luis Carlos Galán, el candidato asesinado por Escobar; que los guiones, fueron supervisados por Camilo Cano, hijo del director del periódico que asesinó Escobar; y que la escenógrafa debió recrear una escena en la que mataban a su propio abuelo.

Es una serie en la que a cada escena vas recordando lo que leíste en los periódicos, y donde muchos de los crímenes tienen una entrada propia en la Wikipedia, porque sucedieron realmente. Digamos que la historia te ha espoileado el espectáculo. La ves poniendo pausa y buscando en internet nombres y datos. La realidad es tanto más complicada e interesante que la ficción, y no puedes más que entender la gravedad de la tragedia que vivió Colombia en aquellos años. La serie cuenta la historia de Escobar desde que era niño hasta su muerte, contando los hechos políticos que vivió el país. La serie se centra en Escobar, su familia y su entorno, el Cartel de Medellín y muestra cómo el narcoterrorismo organizó una red de sicarios que asoló al país.

Una de las cosas que más me asombran de la realización es que meten imágenes reales, discursos en audio y vídeo de algunos sucesos que recogió la televisión: imágenes de atentados, declaraciones de los protagonistas, audios telefónicos, discursos de los funcionarios que fueron grabados. Asombrosamente logran que el contraste entre lo real y la representación sea irrelevante. Uno sabe que todo eso ocurrió, aunque al comenzar cada capítulo una placa advierta que los hechos históricos están rodeados de escenas de ficción.

Por otro lado las caracterizaciones de los personajes son asombrosamente rigurosas. A pesar de que no se corresponden exactamente los nombres con los personajes en todos los casos, en los que pude encontrar imágenes reales, el casting es impresionante: Andrés Parra («ya no era Andrés sino Pablo Escobar«, dijo en alguna entrevista); Popeye (llamado «El Marino» en la serie, los que vieron la serie, vean esta entrevista en la cárcel y díganme si no es un gemelo); el candidato Luis Carlos Galán, Diana Turbay.

Años de producción de telenovelas han dejado su huella y a pesar de que «Pablo Escobar, el patrón del mal» fue una de las mayores producciones colombianas en televisión y está rodada en HD, no termina de sacudirse el sabor a culebrón que le dan ciertos cortes de música, y sólo por eso creo que la serie no es muy conocida en España. No hagan caso al prejuicio. Está muy bien rodada, tiene unos exteriores envidiables, con buenos diálogos y un ritmo que no te deja tomar aliento ni un momento.

No dejo de recordar a Medellín cuando la conocí en 2013, esa ciudad tan luminosa y tranquila, su gente y sus barrios, y yo en ese viaje no conocía tantos detalles de lo que había sucedido en esas calles. Punto extra para todos los vocablos y frases colombianas que uno aprende en el transcurso de la serie. ¿Sí o qué? ¡Muy verraco eso, hermanos!

Medellín, vista desde Santo Domingo