Super 8

No sé si Super 8 es la película del año como dijo algún fanático por ahí, pero sin dudas es una película deliciosa, llena de la magia de un cine de los 80 y de muchos valores añadidos más. Deberían verla ya mismo.

J. J. Abrams confirma una vez más que puede hacer las mejores explosiones y escenas de tragedia (recuerden cómo abría la historia de LOST) para, en los 15 minutos siguientes, meternos en un diálogo mucho más impactante que 20 vagones de trenes volando por el aire. La película está llena de guiños a la infancia, a un tiempo donde se usaba Super 8 para filmar y la aventura era colarse en tu escuela de noche. Hay ausencia de las madres en los dos protagonistas y hay una difícil relación con dos padres, los dos casi antagónicos, pero los dos finalmente entendibles en sus dramas.

La imponente madurez actoral de Elle Fanning como reflejo de la lógica madurez de una niña de 13 al lado de los niños de su edad; la templanza de Joe Lamb (Joel Courtney), las bicicletas, la vida de pueblo, la familia numerosa y todo eso mezclado con un alien, con unos sucesos extraños de una forma tan mágica que sólo J. J. Abrams (escritor, director y productor) y Spielberg (que también es productor) podrían haber logrado.

Está sucediendo

“Many independently produced films never make it onto the big screen simply because the costs involved are too high. At the moment most digital movies are distributed “over land” on hard disks costing up to $2000 for each copy. BitTorrent has the power to change this outdated distribution method and get smaller budget films onto the big screen.”

La MPAA ha criticado el efecto negativo que atribuye a BitTorrent sobre la industria del cine, pero un experimento reciente en un teatro noruego muestra que en realidad podría ser beneficioso. Investigadores de The Far North Living Lab lograron transmitir online un filme a alta resolución 2K a 19mbit/s -con BitTorrent, por supuesto.

Pósters de películas, pero en el XIX

Qué diferente es ver algo cuando te dan un dato. Los investigadores coinciden en que las imágenes que recibimos son moldeadas por la experiencia y los deseos que previamente tenemos. Somos menos conscientes de lo que creemos de esto. Por eso cuando vemos un dibujo como el de este post, lo disfrutamos de otra manera sabiendo que en realidad nos están contando la historia de Star Wars, como si hubiera sido representado en una pintura rusa del siglo XIX. O hubieran reparado en R2-D2 de otra manera?

Más pósters de películas como si fueran pinturas rusas del siglo XIX, aquí

Everything bad is good for you

Contra todo lo que puedan decirnos sobre las malas influencias de los juegos de ordenador, la televisión e internet sobre la inteligencia de las nuevas generaciones, un brillante libro de Steven Johnson nos explica por qué la cultura popular nos está haciendo más listos.

We’ve worked under the assumption that mass culture follows a steadily declining path toward lowest-common-denominator standards, presumably because the ‘masses’ want dumb, simple pleasures and big media companies want to give the masses what they want. But in fact, the exact opposite is happening: the culture is getting more intellectually demanding, not less.

El enfoque del análisis es más sistémico que simbólico, él quiere diagramar las fuerzas, no decodificarlas. Su hipótesis se basa en asumir que el paisaje de la cultura popular incluye el choque de distintas fuerzas: los apetitos neurológicos del cerebro, la economía de la industria cultural, y plataformas tecnológicas en constante cambio.

Había oído (oído en internet quiere decir «leído cosas que hablaban de») sobre Everything Bad is Good For You hacía tiempo y no terminaba de convencerme su teoría, pero lo que plantea es coherente y fundamentado, e incluso ha explicado muchas de mis observaciones en cuanto a mi experiencia como consumidora de cultura popular. Microsiervos ha publicado hace tiempo una buena reseña, por lo que sólo me limitaré a transcribir los puntos que me resultaron más interesantes sobre los tres ejes de estudio del libro: videojuegos, televisión e internet.

Juegos

  • No siempre estás divirtiéndote: muchas veces estás frustrado, confuso, desorientado. Cuando dejas de jugar puedes seguir pensando en cómo resolver esa situación que te había planteado el juego.
  • El juego te obliga a cumplir una serie de tareas que *tienes* que hacer para llegar a cierto objetivo, aunque no sea algo que *quieres* hacer.
  • El juego te va dando una serie de recompensas a medida que cumples las tareas.
  • Mucho, muchísimo más que los libros o las películas o la música, los juegos te empujan a tomar decisiones. Te fuerzan a decidir, a elegir, a priorizar. A tener en cuenta una serie de factores dada una situación dada y actuar en consecuencia, dentro de unos tiempos, evaluando los resultados.
  • Para conseguir esto, debes probar una y otra vez cómo actuar en el juego. Nadie lee manuales antes de jugar, simplemente aprendes mediante ensayo y error.
  • No podrías hacer avances en el juego si no tuvieses que aprender las reglas del entorno. Que comer una flor vale puntos, que necesitas un arma especial para el enemigo de la segunda pantalla.

En conclusión, Johnson indica que no podemos evaluar a la cultura de los videojuegos por los *contenidos*, porque eso no tiene sentido. Hay una historia en el juego, pero allí no yace su talento.

Televisión y cine

  • La tv es ciertamente más pasiva que los videojuegos, pero aún así hay grados de pasividad. Algunas narrativas te fuerzan a pensar para elaborar el sentido, mientras que otras te lo dan todo digerido.
  • Parte de esa elaboración está dada por los multiple threads (múltiples líneas o hilos narrativos) mientras que otra parte está dada por la tarea que tiene que hacer el espectador de rellenar información: algunos datos son deliberadamente ocultados. Esto configura un nivel de mayor demanda hacia la actividad intelectual, porque no sólo te piden que recuerdes, también tienes que analizar.
  • Justamente la tendencia en televisión consiste en que aquellos shows que han sido más exigentes con su audiencia son también los más lucrativos en la historia de la televisión. Lo mismo con relación al cine.

Internet

El surgimiento de internet ha desafiado nuestras mentes en tres maneras fundamentales y relacionadas: por la característica de ser participatoria, haciéndonos aprender nuevas interfaces y creando nuevos canales de interacción social.

Television and automobile society locked people up in there living rooms, away from the clash and vitality of public space, but the Net has reversed that long-term trend. After a half-century of technological isolation, we’re finally learning new ways to connect.

IFFR | Extra tigre

Tres tigres para cuatro ganadores

Las películas se han proyectado, las discusiones se han acabado y los premios entregados están. El jurado de este año, encabezado por el director del Festival de Cine de Toronto, Piers Handling, tomó una decisión inusual al otorgar el premio a cuatro películas, ya que normalmente se entrega sólo a tres. Lo recibieron: Love Conquers All, de Tan Chui Mui; The unpolished, de Pia Marais; Bog of beasts, de Claudio Assis y AFR de Morten Hartz Kapler.

Love Conquers All, un romance turbulento de Malasia, es uno de los filmes financiados por el Hubert Bals Fund. «Clásica en estilo y estructura, es un film que habla directamente al corazón», coincidieron los cinco miembros del jurado. También elogiaron a The Unpolished «por su matizado retrato de una joven tratando de encontrar significado en una sociedad que ha perdido la dirección». Bog Of Beasts (Baixo das Bestas) captó la atención por su «crudeza, energía y fuerza visual», mientras que AFR impresionó al jurado porque es una «película polémica cuidadosamente hecha que utiliza una aproximación conceptual al hecho de la confusión entre realidad y ficción». Cada premio Tigre consiste en 10 mil euros y difusión garantizada en la red de televisión pública neerlandesa VPRO. Bog of Beasts y AFR dividirán el premio entre ellos.

Otros premios incluyeron al NETPAC (Red para la Promoción del Cine Asiático), al premio FIPRESCI (Federación Internacional de Críticos de Cine), al KNF (Asociación de Críticos de Cine Holandeses), y al premio del público, el KPN Audience Award. NETPAC eligió el tenso drama psicológico de Hirosue Hiroyama, Fourteen, citando su «mirada dentro las barreras psicológicas y generacionales, y su completo análisis de una cultura compleja. El FIPRESCI eligió a la española Yo, de Rafa Cortés, mencionando su intensa descripción de la lucha de un hombre por adquirir una identidad. Los críticos cinematográficos holandeses eligieron a Operation Filmmaker, de la realizadora estadounidense Nina Davenport, un documental que sigue los pasos de un ambicioso director de cine en Bagdad. «La directora se desafía constantemente a sí misma y al espectador a reconsiderar las opiniones occidentales sobre las diferencias culturales», dice el jurado del KNF. Este premio otorga la subtitulación en holandés para ayudar a la distribución del film en los Países Bajos.

La vida de los Otros (Das Leben der Anderen ) se llevó el premio de la audiencia. El editor de la película, Patricia Rommel, recibió en representación del realizador Florian Henckel von Donnersmarck los 7.500 euros del premio. Esta película también está en la carrera de los Oscars para el mejor filme extranjero.

IFFR | Cine español en Rotterdam

Hace mucho frío en Rotterdam, pero no solamente por eso las salas de proyección siguen llenas. Es que el Festival de Cine Internacional de Rotterdam no deja de mostrar nuevos títulos, cortos y largometrajes, a un público ansioso de buen cine y nuevas propuestas.

Este año se presentan tres largometrajes de producción española, de las cuales sólo Yo, de Rafa Cortés, ha participado en la competición, y aunque no ha ganado los premios Tiger, se ha llevado el premio de la crítica, el FIPRESCI, por la «intensa descripción de la batalla de un hombre para adquirir su identidad». Este film habla sobre «un hombre que, sintiéndose acusado de algo que no ha hecho, trata de demostrar una inocencia que nadie cuestiona», de donde surgirá el hecho de que su principal problema es él mismo. El escenario es un pueblito en Mallorca, y los ingredientes de esta trama son un trabajador alemán recién llegado, una sospecha, la necesidad de un trabajo. Está protagonizada por Alex Brendemühl (En la ciudad, Inconscientes), para quien Cortés escribió el guión.

También está en Rotterdam «Honor de Cavalleria«, de Albert Serra, una película sin demasiada acción de ningún tipo, un Quijote sin molinos de viento, encantadora y serena, de la misma manera en que el caballero y Sancho recorren un mundo todavía no afectado por la era moderna.

Optimisti (The optimists, por su título en inglés) es otro de los largos con participación española. El serbio Paskaljevic (The Powder Keg) cierra su trilogía con un optimismo naïf e infundado. Un cardiólogo, unos creyentes desesperados y un apostador joven son hábilmente engañados en esta obra de arte de cinco piezas, con el actor Lazar Ritovski en uno de los papeles protagónicos.

En cuanto a los cortos, España está representada con cuatro: Hamaca Paraguaya, de Paz Encina; Nasija, de Guillermo Ríos Bordón; An Open Letter to All the Terrorists of the World (Carta abierta a todos los terroristas del mundo), de Khavn; y You Can Walk Too (Tú también puedes caminar) de Cristina Lucas.