web3 y descentralización

web3 y descentralización

Cuando algo me entusiasma demasiado, me siento incómoda. En cuanto busqué algo de información sobre la web3, había algo que me parecía demasiado seductor, el retorno a «lo bueno de la web1.0», la promesa, el entusiasmo de una comunidad de gente que quiere cambiar el mundo. Cómo no identificarse con eso.

Pero había algo que no cerraba. ¿Cómo funciona la lógica que predica distribución del poder y la igualdad de oportunidades y la democracia pero pone en el centro el poseer (aunque lo que compres sea un certificado digital virtual)?

Dicen que el truco de los ilusionistas funciona sólo si no sabes hacia dónde poner tu atención cuando miras. En momentos en los que la web3 propone una internet descentralizada, pensé que deberíamos poner el foco en saber cómo están funcionando los mecanismos basados en estas tecnologías en relación a la distribución del poder.  

Escribí «La internet descentralizada: ilusión o quid de la web3» para Newtral [Archive]

Foto de Shawn Stutzman en Pexels

El poder real de las mujeres con poder

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Que una mujer no pegue un puñetazo en la mesa para hacerse oír no quiere decir que no sea capaz de hacerlo, aclara Rosa Escapa, experta en igualdad de oportunidades. Sencillamente, no es el modelo en el que ha sido socializada ni el que cree más adecuado, añade. En este sentido, se pregunta qué habría hecho Rajoy con Salgado si no hubiera contenido su agresividad: «¿Revolcarla en el suelo? ¿Pisarle el cuello? A un hombre tampoco hay motivo para tratarlo con menos respeto».

El poder real de las mujeres con poder, de Magda Bandera para Público. La secretaria del Partido Popular, Dolores de Cospedal había dicho que Mariano Rajoy, líder de su partido, no fue el 21 de octubre en el Congreso más contundente porque, al ser él un hombre, hubiera quedado como cuando «un chico le pega a una chica en el colegio».

Políticos en twitter: está todo a la vista

Mientras una debate en televisión al mismo tiempo que su perfil de twitter se actualiza, a la otra no la dejan tuitear desde la Asamblea de Madrid. Rosa Díez, de UPyD, fue avistada hablando en directo en televisión mientras su cuenta de twitter personal se actualizaba en primera persona. En la misma semana, a Reyes Montiel, diputada de IU en la Asamblea de Madrid, se le prohibía usar twitter desde la comisión de investigación.

Ambas se encuentran con una audiencia muy alerta, una comunidad que conoce las herramientas y opina con una espontaneidad que los partidos políticos perdieron hace tiempo. Ambas muestran el miedo de la política ya no a twitter solo, sino a toda comunicación que no sea previamente controlada, aséptica, programada. No lo descubrimos ayer, varios lo sabíamos y muchos lo sospechaban. Por eso mismo hay que mostrarlo. Hablamos de política, sí, es necesario, pero desde cuentas personales hablamos con personas. Si quieres darnos participación, dánosla, pero de verdad.

La mayoría de los políticos sueñan con una campaña Obama creyendo que todo es crear perfiles. Parece que no podemos pedirles que se comuniquen con su audiencia en blogs y twitter, por aquél mito de la falta de tiempo. Pero si están ahí para ganar votos, tienen que estar ahí para escucharnos. Si creemos que pedir eso es ingenuo, estamos aceptando un modelo de política que pretende engañarnos.

Mientras ya se habla de efecto Streissand, la conclusión está a la vista: una, la de papel, (o su *experto*) cierra su perfil de twitter sin dar ningún tipo de explicación; la otra, la de verdad, lo cuenta todo en su blog.