Bitcoin leaves people behind

Bitcoin, like any other kind of financial system, is about speculating and increasing the value of your assets for profit. This system is not fair and is really not working for most of the people. I am no longer interested in revolutionary technologies that leave so many people behind. How many people own most of the Bitcoins? I think like 40 people.

– Geraldine Juárez, en Why Is This Artist Burning Bitcoins?

Her: La singularidad era esto

Primero pensábamos que el futuro tendría coches voladores, luego lo vimos en las pantallas transparentes de Minority Report, y ahora con Her nos damos cuenta de que en el futuro la tecnología es insípida y además ni siquiera la singularidad es emocionante.

Fotograma de Her, de Spike Jonze

La infinita soledad de la protagonista de Lost in Translation se muestra en Her, pero en aquella historia se trataba de cómo alguien que estaba en pareja se sentía solo y ahora se trata de cómo alguien solo se siente dentro de una relación. En ambos casos lo irreal, lo socialmente aceptado y el vacío existencial son parte fundamental de una vida donde el diseño Apple-ish está por todas partes. Invariablemente ambas suceden en ciudades masivamente habitadas, donde sus protagonistas caminan desoladamente aislados en medio de multitudes.

(A partir de aquí posibles spoilers) Me siento culpable de haber tenido sospechas de que Siri- perdón, Her- fuera la crítica tecnófoba cansina de siempre a los que van mirando el móvil. Jonze ha sido muy listo y nos ha mostrado un mundo donde no es necesario mirar la pantalla del móvil para estar conectado, y por eso a veces la película parece una gran oda a Siri. Pero creo que la grandeza de Her va mucho más allá de la tecnología, porque toma el ecosistema de redes, internet y smartphones para mostrarnos algo que estaba mucho más acá: la soledad, la complejidad de las relaciones humanas y por qué no, el valor de las cartas, especialmente la última que escribe Theodore. Donde digo carta también digo email, obviamente.

Pese a que nadie indica expresamente que eso es el futuro – no hay fechas, la tecnología que se usa cotidianamente allí ya existe-, todos lo intuimos en los primeros segundos de película. O queremos pensar que es el futuro porque aún no hemos llegado ahí. Y en ese futuro la singularidad ya no consiste en que los robots quieran dominarnos sino en que se aburren de nosotros y deciden abandonarnos. Sin dudas, parece mucho peor. Devuélvannos los coches voladores.

La música de Arcade Fire, inspiradora. La fotografía, impecable. La película para mí ya se lleva un 10 sólo por el cuadro en el que Theodore está sentado y un búho baja detrás en una pantalla gigante.

Me gustaron estas reseñas:

Todo ángel es terrible, Marta Peirano para JotDown
Why Her Will Dominate UI Design Even More Than Minority Report, Kyle Vanhemert para Wired

El machismo «cool»

El machismo del siglo XXI va mucho más allá de agresiones sexuales, violencia «doméstica», piropos obscenos, acoso sexual en el trabajo, trata de blancas, moralismo católico, leyes reaccionarias, discriminación laboral y otras formas fácilmente reconocibles de opresión y explotación de la mujer. En el siglo XXI hay demasiadas actitudes machistas y demasiados machistas que no identificamos como tales, y que quizá ni siquiera ellos mismos sepan que lo están siendo. El machista posmoderno es un machista de baja intensidad o como a mí me gusta llamarlo, de liberación lenta, como los antibióticos, pues va actuando poco a poco sin que lo percibamos. La mayoría de las veces nos reímos incluso de sus chistes.

Más en Machismo alfa en fase beta, de Carmen González Magdaleno

Ellsberg y el realtime

Ayer escribía en Diario Turing sobre Daniel Ellsberg, el whistleblower de Los Papeles del Pentágono, que abrió un AMA en los foros de Reddit para contar que Edward Snowden se une a la dirección de la Freedom of the Press Foundation.

Daniel Ellsberg: "I was Bradley Manning"

Ellsberg es el analista militar que filtró 7.000 documentos clasificados sobre la Guerra de Vietnam, que hoy se conocen como Los Papeles del Pentágono. Estos papeles demostraban que Lyndon Johnson sabía que iba a perder la guerra de Vietnam y que mintió sobre los informes de inteligencia mientras seguía enviando tropas norteamericanas a un fracaso seguro. En ese momento, Ellsberg envió copias a 20 medios entre los que estaba el New York Times, haciendo lo que Julian Assange repetiría años después con las filtraciones de Manning. Manning se enfrenta a los mismos cargos que se enfrentó Ellsberg, con la diferencia de que este último era un civil. Además de salpicar a Johnson, el escándalo llegó hasta otros dos gobiernos: el de Kennedy y el de Nixon y creó un precedente para la democracia. Ellsberg fue llevado a juicio por espionaje y lo ganó.

Durante el AMA, un usuario de Reddit le pregunta cuándo se dió cuenta de que Nixon lo espiaba *antes* de la filtración de Los Papeles del Pentágono, enviándole un enlace a una transcripción oficial de una conversación donde Nixon confirma eso, y Ellsberg responde que acaba de enterarse ¡hace 10 minutos leyendo su enlace! Realtime is in da house.

Hablando sobre la prensa digital – Entrevista para Genbeta

GenbetaEsta semana Jaime Novoa publicó en Genbeta: «La prensa digital en España: los errores del pasado, las oportunidades del futuro«, un artículo para el que me pidieron que responda vía email algunas preguntas sobre mi experiencia en prensa digital en estos años, el trabajo en eldiario.es, el periodismo que se hizo y se hace y cómo pinta el futuro para los nuevos medios, el papel y Google con sus robots.txt. Pongo todas las preguntas con mis respuestas completas aquí.

Parece que la apuesta hecha en eldiario.es por combinar los contenidos gratuitos con otros de pago está funcionando. ¿Qué valoración hacéis de vuestra trayectoria hasta el momento?

No tenemos contenidos cerrados de pago en el sentido estricto salvo por unas horas. Todos los artículos de eldiario.es pueden ser leídos por todo el mundo sólo que algunos los suscriptores pueden leerlos primero, durante unas horas. Tenemos un adelanto para socios en el que por la noche les dejamos ver los artículos que tenemos preparados para el día siguiente. Es un gesto para nuestros suscriptores, pero sin embargo para nosotros está claro que no se hacen socios por eso, sino porque quieren contribuir a la independencia de eldiario.es, que nos permite hacer un periodismo con valores sociales. Estamos muy felices de ver que crecemos mes a mes y seguimos trabajando, aún somos pequeños.

¿Cuáles han sido las claves para poder poner en marcha este modelo (gratis + pago)?

La clave principal para mí consiste en un equipo que comparte los valores que nos permiten mantener este modelo, que está basado en la calidad de los contenidos, en un compromiso con el rigor en la información y la transparencia. Otra de las claves es escuchar permanentemente a nuestra audiencia. En un primer momento en el lanzamiento de eldiario.es no se pensaba que los ingresos de los socios iban a ser tan importantes para el modelo de negocio, y luego fuimos viendo que la comunidad estaba dispuesta a pagar para apoyar la subsistencia del medio. Entendimos que nuestros socios no querían pagar para leer algo en exclusiva sino para que el periodismo que hacemos pueda ser leído por todos y seguir existiendo.

Algunas voces afirman que el ‘periodismo está más en peligro que nunca’, en parte por el impacto de Internet en el sector. ¿Crees que es así? ¿Ha sido Internet y el blogging una mala influencia como dicen algunos?

Todo lo contrario, pero con matices. No me gusta hablar de “Internet” con mayúsculas, como una fuerza casi religiosa separada de nuestra sociedad. Internet, como los avances tecnológicos, es parte de la evolución (o no) de la sociedad y la hacemos nosotros, las personas.

Dicho lo cual, internet y sobre todo los blogs son parte de una transformación que nos ha hecho comunicarnos más, informarnos más, entender mejor la producción de contenidos y aprender a publicar por nosotros mismos, sin pasar por un editor o una dirección que muchas veces se comporta más como empresa que como medio.

La prensa están en crisis y lleva en crisis un tiempo, no por internet, sino porque se han cometido muchos errores de forma sistemática. Hablando en general, el “cuarto poder” ha perdido gran parte de su legitimidad ante una ciudadanía cada vez si no más informada, más curiosa y más crítica. En lo particular, hay medios y periodistas que han aprendido a utilizar herramientas digitales, han aprendido a moverse en el nuevo espacio público de internet y están haciendo cosas muy interesantes.

¿Está el sector encaminado al ‘todo gratis menos unos pocos contenidos’?

Sinceramente, no lo sé. Todo va tan rápido que no me siento capacitada para predecir una cosa así, quizás en un par de semanas piense lo contrario, y probablemente aún tengan que pasar varios años para que podamos ir definiendo modelos de negocio digitales de forma más estructurada.

Si no me equivoco llevas ya casi 10 años en el sector del periodismo digital, ¿qué valoración haces de esta evolución? ¿Han cambiado demasiadas cosas?

Muchísimas. El periodismo con el que yo salí de la universidad no es el mismo, pero desde ese momento yo veía que internet era el lugar natural para que la información se mueva, me interesaba mucho todo lo que pasaba ahí y fui muy afortunada. Eso sigue siendo igual, lo que más ha cambiado es la mentalidad de quienes antes te preguntaban si publicabas “en papel” para valorar tu trabajo.

Y desde hace un tiempo veo otra tendencia: que los autodenominados evangelistas digitales se han tomado el papel demasiado en serio y hay una tendencia a endiosar lo digital: a creer que hay que estar en internet porque sí, repitiendo eslóganes sin mucho sentido y sin entender los contextos históricos y sociológicos de las cuestiones.

¿Por qué crees que muchos medios que vienen del papel han pasado por tantas dificultades en los últimos tiempos?

Se han cometido muchos errores en distintos niveles. Dejaron de apostar por nuevos formatos, y dejaron en manos de gestores económicos la dirección de los medios. Un medio de comunicación es algo más que una empresa, entre sus objetivos está el de ganar dinero pero también tiene un compromiso con la verdad y con la función que cumplen los medios en una democracia.

Los que ignoraron a internet hace años también se encuentran ahora con un retraso para poner al día a sus equipos y sobre todo a sus estructuras. No sólo en papel, también en digital: los redactores que no hicieron bien su trabajo, que olvidaban el fact-checking, los editores que no querían renunciar a un titular impactante por uno veraz, que relajaron su compromiso con la verdad, los que se apoltronaron en un puesto sin ponerse al día de lo que estaba sucediendo en las redes, sin cuestionar decisiones, cayendo en la autocomplacencia y en el corporativismo y sin escuchar las críticas de sus lectores, ciertamente también contribuyeron a terrible situación de la profesión.

¿Tiene sentido que los gobiernos quieran aplicar a los buscadores una ‘tasa’ por incluir sus noticias en Google News o mostrarlas en los resultados?

Ninguno. Esto es una locura. ¿En qué se fundamenta esa tasa? En que un sector (la industria que produce contenidos) presiona al gobierno para eso. Google no obliga a ningún medio a incluirse en sus resultados: es tan simple como agregar una línea de código llamada robots.txt a tu página y ya estás fuera de Google.

¿Qué podemos esperar en los próximos años de eldiario.es y del sector en general?

Lo que yo diga aquí está teñido por mis expectativas, queremos que en eldiario.es haya más participación y debate de ideas, y que nos reconozcan por nuestra transparencia. Obviamente, también queremos poder mantener nuestra independencia financiera. Creo que en el sector hay espacio para los profesionales y los medios que se atrevan a innovar, a exigirse calidad en lo que hacen. Es cierto que la falta de recursos limita el alcance de las posibilidades, pero también agudiza el ingenio. Estamos viendo y creo que aún podemos ver más proyectos innovadores de periodistas y medios que utilizan internet para comunicar mejor, para encontrar profesionales talentosos y para explorar nuevas formas de financiación.