Videla y el retorno del pasado inconcluso en Argentina

Transcribo un artículo que escribí en 2001, cuando aún no tenía blog. En ese año había terminado  mi tesis de grado, que trataba sobre la relación de la memoria colectiva con la identidad de un país, e  incluía un análisis del discurso de tres periódicos argentinos a una noticia, la de la detención por primera vez de un exdictador por un delito cometido durante el último gobierno de facto en Argentina.

Para resumir de alguna manera ese trabajo, redacté este texto con cierto formato periodístico, para que amigos y compañeros que querían leer lo que había escrito no tuvieran que tragarse todo el corpus de la tesis.

Envié el artículo a La Voz, que nunca lo publicó, y luego quedó perdido en unas hojas que acabo de descubrir en una carpeta vieja. Dejo el texto en este blog, aunque sólo sea por tenerlo a mano en cualquier momento, consciente de los años que han pasado y la transformación que ha traído la política de los Kirchner en torno a los temas de memoria en Argentina. De alguna manera en este artículo ya empezaba a hacerse visible como próxima etapa de un país que hasta ese momento había negado todo debate sobre hechos dolorosos de su pasado reciente.

Tapa de Página 12 el día de la detención de J. R. Videla por robo de bebés durante la dictadura.
Tapa de Página 12 el día de la detención de J. R. Videla por robo de bebés durante la dictadura.

 

Videla y el retorno del pasado inconcluso en Argentina

En junio de 1998, el expresidente de facto, Jorge R. Videla, era detenido en un caso por secuestro de bebés nacidos en cautiverio. Los medios de comunicación, reflejando la actitud de la sociedad entera, reaccionaron con sorpresa ante la notica. Después de dos décadas de lucha por parte de muchos organismos internacionales de derechos humanos, por primera vez parecía firme la posibilidad de encarcelamiento de un exdictador.

En ese momento, diversas hipótesis poblaron las páginas de los diarios y las pantallas de los informativos. Se habló de una maniobra del juez Marquevich relacionada con sus vinculaciones políticas, y de la imagen que quería revertir el presidente Carlos S. Menem en materia de derechos humanos. Hubo pocas alusiones a la lucha ininterrumpida de las organizaciones de derechos humanos, al pasado argentino, a la Justicia que significaba ese hecho histórico, en aquello que por su novedad no se llegaba a medir como el comienzo de esta nueva etapa en el debate por los derechos humanos a la que asistimos actualmente.

Hoy no podemos medir como en ese momento el efecto del asombro que provocó esta noticia, porque Videla sigue arrestado, y otros hechos más recientes, como la detención de Pinochet en Londres y las citaciones a prestar declaración indagatoria por parte de los participantes en el aparato represivo de los setenta en el marco de numerosas causas judiciales han sido noticiados en los medios masivos de comunicación, lo que hace que en este momento se pierda algo del impacto que portaba la noticia originariamente.

Pero al momento de la detención de Videla (quizás el presagio de esta etapa signada por la apertura -pequeña y condicionada- del debate público que tiende al inconcluso relato colectivo de los años del Proceso), ante la sorpresa, cada medio de comunicación reaccionó de la forma en que mejor creía que debía ser instalado este tema. Quizás porque no había tiempo de comparar parámetros, quizás ante la urgencia de tratar la noticia, cada medio construyó la noticia desde las impresiones de sus periodistas desde lo que las líneas editoriales dictaban.

Es así que, por ejemplo, al día siguiente de la detención, La Nación inició una secuencia de titulares que durante 11 días procurarían darle relevancia al «clima militar» más que a otros aspectos de la noticia de la detención.

A partir de un estudio titulado «La noticia sobre la detención de J. R. Videla, según Clarín y La Nación» llegué a conclusiones interesantes, algunas de las cuales son vertidas en esta nota. En La Nación, de un total de 21 titulares continuados cronológicamente, todos ellos plantean como una cuestión de importancia dentro del esquema narrativo el tema de la situación psicológica militar. Incluso el vocabulario utilizado por este diario para referirse al tema era anacrónico: expresiones como «clima psicológico del Ejército», o «enrarecimiento del clima militar» remiten a épocas en las que la ciudadanía mantenía su atención sobre la evolución del ánimo y sobre las decisiones de las Fuerzas Armadas, que afectaban considerablemente la vida política de La Nación.

En Argentina, por su dolorosa historia de dictaduras comandadas desde el poder militar, se conserva en el inconsciente colectivo cierta sensibilidad al recuerdo de épocas donde el clima, la inquietud o el malestar militar se transformaban en crisis militares y luego en golpes de estado. Pero en estos años en los que la ideología de la globalización (sin ser admitida como tal) se impone por su capacidad de intrusión, a ninguno de los grupos poderosos conviene la recesión y la ideología nacionalista de un golpe militar. La democracia, admitidas sus imperfecciones, se ha erigido como la única forma de gobiernos triunfante en la práctica del libre mercado. Se suma a esto el hecho de que el movimiento por los derechos humanos ha sumado adhesiones masivas en la opinión pública mundial y varios gobiernos europeos presionan a Argentina para que aporte datos sobre los delitos cometidos durante la dictadura de 1976-1983 y se extraditen exmilitares para ser juzgados en esos países.

Videla en La Nación

En este contexto es en el que La Nación advertía en su portada: «Teme el Gobierno los efectos del caso Videla» (13 de junio de 1998), «Balza planteó al Gobierno la preocupación militar» (14 de junio de 1998), «Un caso de impredecible desenlace» (15 de junio de 1998), «Preocupa a Menem el clima en las FF.AA.» (16 de junio de 1998), «Pese a todas las desmentidas, hay inquietud militar» (18 de junio de 1998).

A lo largo del análisis se evidenció que La Nación hacía mínimas referencias al pasado como constituyente del presente, que subyacía en su esquema narrativo el discurso de la reconciliación nacional y la teoría de los dos demonios, y que otorgaba una importancia desmedida al tema de la inquietud militar. La Nación llega a relacionar esta actitud con las que han surgido en circunstancias anteriores en las que se intentó juzgar a los militares por su actuación en los años setenta: es decir que se refiere a alzamientos militares ocurridos en 1987 y 1988, cuando se considera que existió la posibilidad de un golpe de estado, en la medida en que el presidente debió pactar con el poder militar.

La Nación, al centrar el tema en el estado de ánimo de las Fuerzas Armadas -que no son un sector político- evitó tejer la trama de maniobras políticas posibles del caso (lo que hizo Clarín en cambio) y detallar los delitos que motivan las numerosas causas judiciales que han sido abiertas contra miembros del sector castrense.

Entonces, ¿qué permite que un diario prestigioso como éste adopte esta postura? Las razones parten desde ideas remotas, que se encuentran en germen desde el mismo nacimiento del diario, y se desarrollan y  se combinan con otras elaboraciones de la opinión pública que surgieron de las difíciles circunstancias que ha ido viviendo la sociedad argentina, y se relacionan con su forma de procesar esas experiencias.

Acotada historia del debate público

Durante el último golpe militar comenzaron a producirse hechos político-sociales que como todos, exigían una explicación, una elaboración del sentido por parte de la comunidad que los vivenciaba. El recordar no remite a la mera presencia de lo olvidable, a manera de una recopilación de datos, como el que constituía el caso de Funes, el conocido personaje de Borges. La memoria colectiva apunta a la posibilidad de otorgar sentido a lo vivido. Y el sentido siempre se construye colectivamente, a través del diálogo y el debate. Pero evidentemente, no era tiempo de polémicas. El estado de coerción era casi absoluto. Había una única y autoritaria visión de los sucesos: quien no adhería a ella jugaba su vida. El poder militar no utilizó estrategias discursivas para aniquilar la palabra de su adversario: directamente lo acalló con el silencio eterno.

Pero aquellas acciones delictivas necesitaban una justificación y así es como el discurso oficial postulaba la existencia de dos grandes grupos enfrentados en una guerra, de los cuales los militares y la extrema derecha conformaban uno.  Ellos, desde el poder estatal que habían usurpado, pretendían salvar al país del supuesto peligro comunista. El adversario, en la construcción simbólica de los militares, estaría constituído por otro pensamiento, considerado «subversivo», que intentaba trastocar el orden vigente. Desde el discurso oficial se consideraba necesario eliminar al grupo «subversivo». El maniqueísmo descripto fue implantado en gran medida por la llamada Doctrina de la Seguridad Nacional, no elaborada por los países latinoamericanos sino propuesta y financiada conveniente por Estados Unidos en una política que intentaba asegurarse el dominio del continente durante la Guerra Fría.

Con la llegada de la democracia, el discurso enfatizó la libertad política por encima de todo derecho y reivindicación económica. El miedo estaba arraigado profundamente en el cuerpo social, pero la memoria colectiva comenzó a exigir castigo a los culpables de los crímenes cometidos. Comenzaron las investigaciones de la CONADEP y los juicios a las juntas militares. El debate público sobre la asignación de un sentido a ese pasado doloroso comenzó a desarrollarse, pero fue interrumpido tempranamente. Las leyes de Punto Final, de Obediencia Debida y los indultos frustraron los intentos de obtener justicia. Los reclamos cedieron a la promesa de otros objetivos políticos, como lo fueron la instauración de una democracia sólida sin el peligro de alzamientos militares, durante el gobierno de Raúl Alfonsín, y la integración a nivel internacional a través de logros económicos según Carlos Menem. El íntimo conflicto entre la voluntad de recordar y las políticas del olvido que se habían impuesto quedaba bajo la superficie, nunca concluso, pero existiendo en silencio.

Con la administración menemista, se instalaron otros temas en el debate público, temas de índole económica, con el consiguiente viraje en la escala de valores. Si antes el olvido iba apareciendo en los márgenes del discurso oficial, ahora el postulado básico era el de «olvidar el pasado para mirar el futuro». El olvidar fue denominado «reconciliación nacional» o «pacificación» en la que ambos «bandos» de aquella «guerra» hoy se darían la mano.

El debate público nunca terminó de elaborar una historia colectiva. Los traumas de este pasado nunca han sido resueltos a través de la creación de una interpretación colectiva en términos de identidad en Argentina, y retornan a su realidad cíclicamente, como una herida que se empeña en no cicatrizar hasta ser desinfectada.

Relatos fracturados y tendencias

Hoy, casi al fin de la era menorista, las llagas aún se abren, quizás con más frecuencia. Cada testimonio, cada arrepentimiento, cada escrache, cada proceso judicial a nuestros genocidas en otros países remueve esa memoria colectiva y promueve un debate explosivo, superficial y breve, en nuestra sociedad, que sin embargo, logra que a largo plazo se intente retomar la conciencia perdida durante décadas de silencio. Lo que ha sucedido es que las versiones sobre el relato histórico se han construido en parte individual y en parte grupalmente, pero nunca socialmente. No tenemos un buen relato histórico, y esa ambigüedad también se presenta en la identidad de los argentinos.

Parece primar un fuerte interés, sobre todo por parte de los jóvenes, de reconstruir un relato del pasado. También un sector mayoritario de la población siente que el tema de los derechos humanos es una clave para recuperar el pasado y se esfuerza por asistir al debate democrático. Según encuestas publicadas en diferentes diarios, en enero de 1998, un 56,6% de personas se manifestó a favor de dejar sin efecto las leyes de impunidad; un 60,2% opinó que el edificio de la ESMA debía servir como un símbolo de la memoria de esos años; mientras que en octubre de este año un 67,8% estuvo de acuerdo con que el juez Baltasar Garzón juzgue a militares argentinos.

Sin embargo, en el grueso de la opinión pública el interés continúa siendo bajo. Esto es así también a causa de una despolitización generalizada. La opinión pública de nuestro país comparte el argentino rasgo de ser contradictoria. Pero dentro de la apatía generalizada podemos destacar una fuerte tendencia a construir ese debate colectivo pendiente sobre el pasado próximo. Quizás esta demanda venga de la mano de aquella que exige una nueva ética posible, y transparencia en la función pública, en reacción a tantos casos de corrupción en el poder político.

Liberaron los libros

Con alivio puedo poder poner este título a un tema que ha sido imagen del surrealismo argentino. El país que históricamente ha tenido las tasas más altas de alfabetización en América Latina, uno de los mayores productores de premios Nobel de Ciencia y el país donde una ciudad, Córdoba, tiene más estudiantes de cine en Córdoba que en toda Europa, vio cómo de un día a otro, su gobierno prohíbe la importación de libros con una excusa de unas tintas.

Dije en ese momento que me dolía el país, como otras veces, porque en un mundo donde el acceso al conocimiento y la información está directamente ligado al desarrollo, poner obstáculos a la distribución de cultura es suicida, imbécil o tirano, todavía no me decido por una.

Mi padre, que acaba de editar un libro en Madrid y con toda su emoción había enviado unos ejemplares a sus amigos en Argentina, estuvo toda la semana con la pena de que sus libros se quedaran perdidos para siempre en algún almacén de Ezeiza. Algunos de sus amigos viven a mil kilómetros de Buenos Aires, un viaje, que suponiendo pudieran hacer, habría que sumar este «impuesto» de unos 50 euros por retirar el libro.

Una amiga escritora que nació en Argentina está por presentar su libro en la Feria del Libro de Buenos Aires: de repente toda su ilusión se vino abajo y una ley absolutamente kafkiana oscureció el momento de reencuentro con su país.

Son dos casos muy cercanos, pero no me importaban tanto ellos como la falta de acceso de todo un país a publicaciones que no se producen en Argentina. Libros de estudio, obras de autores extranjeros, publicaciones científicas, revistas de divulgación. El conocimiento de nuestra civilización es global, y cada vez más la cultura se multiplica. Estamos en una época en la que casi podemos oír el ruido que hacen los libros digitales al romper las fronteras físicas, donde los soportes no tienen más valor que el de hacernos llegar el contenido más rápido, más fácil y más cómodamente.

El título de este post tiene el verbo en indicativo en vez de imperativo porque la información vuela, porque nos comunicamos, porque protestamos, y las cosas cambiaron. Hernán Casciari escribió un post (léanlo o den click al audio abajo) que dio lugar a una amplia expresión en redes sociales en contra de estas medidas con el hashtag #Liberenloslibros. Guillermo Moreno, el secretario de comercio responsable de la medida, la levantó para los envíos particulares, diciendo que había sido «malinterpretada».

Foto de green_is_in

Habrá Campus Party en Argentina

La semana pasada estuve con Paco Ragageles y los chicos de Campus Party en la grabación de su videopodcast #geekvibrations, donde anunciaron un secreto muy mal guardado desde hace días, pero una buena noticia: finalmente este año se celebrará la primera Campus Party en Argentina.

El lugar todavía no está confirmado y seguramente habrá más noticias en las próximas semanas, pero después de haber visto Campus celebrarse en Brasil, México y Colombia, aplaudo a los organizadores la decisión de apostar por Argentina, un país donde hay tanto interés por hacer cosas en internet.

Les dejo por aquí el #geekvibrations 4. A partir del minuto 58:28 entro en el programa y hablamos de Campus Party Argentina con la participación de Mariano Amartino en conexión desde Buenos Aires.

[Actualización 24/01/11] La Campus Party en Argentina se ha cancelado y no ha entrado en la planificación de Futura Networks de este año.

Un safari por el Social Media

Todavía no sé cómo tomarme que Christopher Marks ponga mi entrevista dentro de un documental con ese título (broma); lo cierto es que este jovencísimo realizador acaba de terminar un documental llamado The Social Media Safari, donde entrevista a gente como Stephen Fry, Chad Hurley (fundador de Youtube), Gerd Leonhard, Jon Schoendorf y editores de medios como The Guardian o Channel 4 UK.

Todos ellos comentan cómo las redes sociales están impactando en la prensa, la publicidad, la distribución de la cultura, las ONGs. Cómo las asociaciones y entrepreneurs que trabajan por ejemplo en África, están aprovechando las redes sociales para comunicarse en países donde el ancho de banda es escaso pero permite que la gente que accede a internet esté comunicada eficazmente.

Chris también incluyó en su documental una de nuestras charlas sobre las formas de uso de internet en países como Argentina, donde hay aún baja penetración del ADSL pero eso no incide en la alta actividad online de los usuarios en ese país, que utilizan recursos como blogs y redes sociales para expresar opiniones sobre temas políticos y sociales.

Podemos escuchar al gran Stephen Fry hablando de la necesidad de conexión que tenemos los seres humanos, que es incluso anterior al lenguaje, entre otras opiniones del resto de los entrevistados:

Joe Schoendorf, strategic partner of the World Economic Forum:

I think we are in the absolute beginning of the best of times. Out of 6.6 billion (people in the world), 3 billion are under 25. People under 25, on the main, do not remember being alive and not being online. Everyone here remembers when you went online.

Vicky Taylor, Commisioning Editor, New Media at Channel 4 UK

Liveblogging is a very efficient way of doing a story. (…)
No, we’re not trying to make money. Our first step is: be sure we have the best product, that people like it, and that’s a quite ongoing process, we haven’t got there.

Alan Rusbridger, editor in chief at The Guardian

The last 5-10 years have brought extraordinary changes to newspapers industry, the most obvious change of course is the fact that we are not just a newspaper.

El documental dura 50 minutos. Si tienen un rato les aconsejo que lo vean porque da un pantallazo sobre la realidad de las redes sociales en todo el mundo desde la visión de diferentes productores y usuarios.

¿Qué pensás del matrimonio gay?

Pienso que el Estado tiene que proteger los derechos y libertades de todas las personas, sean cuales sean sus preferencias sexuales. Y que tendríamos que gozar y dejar gozar más a los demás, en general.

Esto me lo preguntaron en Formspring y a partir de ahora voy a compartir algunas de las respuestas por aquí. Ahora, a la opción de postear también tus respuestas en Twitter y en Facebook, este servicio ha agregado la posiblidad de hacerlo también en WordPress. Considerando que hay casos de usuarios a los que se les borró todo lo que habían escrito en su FS, creo que no es mala idea hacer un backup por aquí en forma de posts.

¡Pregunta lo que quieras!

Entrevista en ABC.es: Buenos Aires merece ser mejor contada

Noticias de redes, internet y tecnologias en ABC | comunicación masiva e informacion - ABC.es

Antonio me hizo algunas preguntas para ABC.es esta semana, sobre el lanzamiento de Eterna Buenos Aires. Transcribo aquí las respuestas, que también pueden encontrar en el artículo original.

¿Por qué un metroblog (blog sobre una ciudad) dedicado a Buenos Aires?

Desde hace tiempo no sacábamos blog nuevo, y ya había muchas ganas. Creo que se dieron muchas cosas para que suceda justo ahora: el ambiente de libertad creativa y el apoyo a nuevas iniciativas que existe en la empresa, el entusiasmo pertinaz de dos argentinos enamorados de la ciudad (Mariano Amartino y yo), el equipo maravilloso de editores que tenemos, de los cuales varios están en Buenos Aires, y la necesidad que veíamos de un espacio donde se cubrieran noticias relacionadas con la ciudad, no sólo para turistas, sino también para sus habitantes. Buenos Aires merece ser mejor contada.

¿Qué van a encontrar los internautas en Eterna Buenos Aires?

Hay mucho para descubrir en Buenos Aires: la oferta cultural y de ocio que es comparable a Barcelona y a pocas capitales mundiales; daremos recomendaciones para viajeros y también información útil sobre servicios, transportes, lugares y actividades para sus habitantes; contaremos anécdotas de la ciudad para que todos podamos conocerla mejor. Y como hemos nacido con la celebración del Bicentenario argentino, contaremos todo lo que está sucediendo allí para celebrarlo.

¿De dónde proviene el nombre Eterna Buenos Aires?

Es muy difícil pensar en Buenos Aires sin acordarse de Jorge Luis Borges, un escritor que estaba profundamente inspirado por una ciudad a la que dedicó muchas líneas. En su poema Fundación Mítica de Buenos Aires, decía que a él le parecía que Buenos Aires era imposible que hubiera sido fundada, que era eterna, como el agua y el aire. Cuando estábamos pensando el nombre del blog, empecé a recitar muchos versos en mi cabeza, pero estas tres palabras, Eterna Buenos Aires, no me dejaban en paz.

¿Qué significado tiene este lanzamiento que coincide con el Bicentenario de la República Argentina?

El cumpleaños de Argentina es una fiesta nacional y en este se vio otra vez ese espíritu de celebración de la gente, más allá de los signos políticos que puedan dividir. Hace meses que este país viene preparándose para festejar y nos parecía hermoso poder lanzar Eterna Buenos Aires en una fecha tan especial para los argentinos y tan significativa para Buenos Aires, porque fue allí donde se formó el primer gobierno patrio.

¿Es éste el primero de una serie de metroblogs en Hipertextual?

Eterna Buenos Aires no está planteada como la primera de nada, es un blog que tiene su razón de existir en sí mismo, y a mí me gusta mucho esto de que cada blog haga su propio camino. Nació como un metroblog porque era ese el enfoque que mejor nos parecía para ella, porque es lo que le permitirá ser útil a sus lectores. ¿Si habrá otros? Por ahora no, pero en esta empresa nunca se sabe, un día uno se levanta con una idea y a la semana sacamos algo…