Leo un interesantísimo artículo de Antonio Martínez Ron llamado No estás muerto hasta que estás caliente y muerto (vayan ya y léanlo), que dice entre otras cosas:
Pero lo que mejor han aprendido los expertos es que el frío difumina la fina barrera que separa la vida y la muerte. Desde el punto de vista de la Física, el frío no es más que inactividad, o mejor dicho, ralentización del movimiento. Si alcanzáramos el cero absoluto, la actividad atómica cesaría por completo y no habría movimiento alguno.
Y por eso mismo se está investigando cómo las personas congeladas, podrían «volver» a la vida. Digo volver con comillas porque aparentemente la vida no se «fue» a ninguna parte, o ¿se fue y volvió? Compartí este artículo y un médico se preguntaba por la mente de esa persona… qué experiencias tendrá a «la vuelta». Qué cerca está la ciencia de tocar la vida y la muerte, de atrapar ese soplo y que sin embargo siga siendo mágico el momento en el que la vida se produce o se pierde para siempre.
Por cierto, Mark Roth, el científico citado en el artículo, habló en TED y aquí se puede ver su charla: