Un cauto ambiente de optimismo se respira en algunos pasillos y charlas con la gente que está participando de la UN Week, la semana de actividades previstas durante la Cumbre de las Naciones Unidas. Personas de otros países hablan con admiración del presidente español, José Luis Rodriguez Zapatero, que desde que llegó a Nueva York ha estado manifestando su apoyo, tanto ante las Naciones Unidas como luego en la Universidad de Columbia, a una tasa sobre las transacciones financieras con cuya recaudación se podrían cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio.
Ayer estuve con él y la gente de Intermón Oxfam, donde se le entregaron las firmas de 31 mil españoles para que impulse el cumplimiento de los ODM ante la comunidad internacional. Zapatero había llegado muy tarde la noche anterior, a las 0hs, y nos recibió temprano por la mañana. Lo vimos entrar al hotel con su ropa deportiva cuando venía de correr a las 7.30 hs., y media hora después nos recibía impecable antes de partir a dar su intervención ante la sede de la ONU.
Había muy poco tiempo, pero Verónica Hernandez, la portavoz de Intermón Oxfam, con una energía y pasión que nos dejó impresionados, al entregarle las firmas instó a Zapatero a actuar ahora con medidas concretas para cumplir los Objetivos del Milenio de aquí a 5 años, entre ellas la implementación de esta tasa con el objetivo de conseguir fondos para la ayuda internacional (ver video).
El apoyo a la tasa, como es obvio, no es bien recibido por banqueros ni aplaudido por la prensa de los sectores más conservadores. Sin embargo, Francia, a través de su primer ministro, Nicolas Sarkozy, también ha apoyado la medida. En el evento sobre financiación innovadora que tuvo lugar esta tarde en la ONU paralelamente al desarrollo del plenario sobre ODM, el ministro Moratinos ha dicho que la tasa es simple, útil y viable y ha dejado claro que España defiende un impuesto sobre las transacciones de divisas como primer paso hacia un impuesto en las transacciones financieras, por lo que se une a países como Bélgica y Francia. Otros países desarrollados pueden seguir su ejemplo mañana mismo, porque como se ha dicho allí, esperar cuesta millones de vidas.