Islandia o cuando una mejor democracia es revolución

Llamamos revolución a la egipcia o a la tunecina porque han quitado a tiranos… ¿Cómo llamaremos a las revoluciones que hacen oír la voz del pueblo a gobernantes denominados demócratas que creen que la democracia es sólo votar cada 4 años? Hemos devaluado tanto a nuestras democracias, llamándoles así cuando no lo eran, llamando representantes del pueblo a quienes claramente no nos representan, que ahora, cuando salimos a la calle a decirle unas cosas a una ministra que no nos escucha nos tachan de anárquicos, rojos y otras cosas.

Muy cerca, en Europa, ha ocurrido una revolución silenciosa, llamada así porque ha tirado a otro poder, el político y financiero neoliberal que provocó la crisis actual y porque no se ha oído demasiado de ella en los medios de comunicación.

En Islandia, a golpe de cacerolazo y de forma pacífica:

  • Hicieron dimitir a su gobierno al completo
  • Nacionalizaron los principales bancos
  • Rechazaron la deuda que los bancos habían contraído con Holanda y Gran Bretaña
  • Han decidido reescribir su constitución a través de una Asamblea Popular
  • Están trabajando en un nuevo marco jurídico destinado a proteger el periodismo de investigación y la libertad de información, para que periodistas, fuentes y proveedores de internet puedan sentirse seguros.

La cronología de los hechos está contada por No Sin Mi Bici, en un post que recomiendo para entender mejor lo que pasó en este país cuya democracia realmente puede tener la dignidad de llamarse así.

Internet difunde información y hace posible que nos reconozcamos más libres, que tengamos más poder colectivamente. Esto es una revolución, sin duda alguna en el sentido de cambio, porque está haciendo caer las máscaras de políticos que gobiernan sin escuchar y de lobbies de industrias que presionan sin que se conocieran sus prácticas. Construir una mejor democracia, exigir transparencia y buscar el bien común deberían ser conceptos implícitos en un sistema plural, sin importar los partidos políticos. Pero para eso es fundamental que los votantes estén informados, estén despiertos y sepan lo que está pasando.

Que pongan todas las etiquetas que quieran, el cambio es imparable. Julian Assange habló del Macartismo digital promovido desde Washington, en el cual incluso han llamado comunista a Richard Stallman por promover la filosofía del software libre, por hablar de comunidad: todos iguales, todos unidos y compartiendo conocimiento. Yo a eso lo llamo cultura de internet, y si pedir una mejor democracia donde se escuche nuestra voz en cada asunto sobre el que se legisla en nuestro nombre, es una revolución, sí, que me digan a qué plaza hay que ir.

Foto: Stuck in Customs

Este post fue publicado originalmente por mí en ALT1040.

III Congreso de Nuevo Periodismo: algunos apuntes

El III Congreso de Nuevo Periodismo terminó ayer en Cáceres con varias reflexiones interesantes surgidas más que en los discursos de los ponentes, en los debates posteriores, sobre todo en los cafés y los pasillos, como suele suceder.

Me perdí gran parte de las conferencias porque iba y venía a la cabina de control y al plató, pero algunos debates interesantes trascendieron la sala de ponencias:

Periodistas vs. bloggers: Plantearlo como una dicotomía es totalmente anacrónico, el futuro está en los buenos contenidos, vengan de donde vengan y sin necesidad de etiquetas. El periodismo que estaba en decadencia, tiene que aprovechar las críticas de los bloggers y las nuevas herramientas para evolucionar y recuperar la pasión por la verdad.

Envíame los contenidos y yo cobro por ellos: Chus del Río, jefe de contenidos de PRISACOM, y Koro Castellano, Directora de Internet de Unidad Editorial de ElMundo.es, criticaron que los estudiantes de periodismo en Pamplona no hubiesen mandado fotos al periódico masivamente, con una herramienta de participación por la que los SMS les costaban 1,5 euros. Como observó Antonio Delgado, las fotos estaban, pero en Tuenti y en medios locales, donde la gente participa de la comunidad de una forma en la que ellos no lo están logrando.

¿Periodismo? ciudadano: El término periodismo ciudadano no es correcto, y ya lo sabíamos: la tecnología no es lo que hace a un periodista. Es mejor hablar de participación ciudadana o de cronistas ciudadanos, en tanto todos emitimos información.

Ignacio Escolar: No pude asistir a su charla, pero mucho hablaron de ella después. Nacho me ha enseñado mucho de periodismo y blogs y creo que fue el primer blog en el que comenté hace años. Fue un placer conocerle, aunque fuera trajeado. Algún afortunado hasta pudo hacerse la foto con la genial portada de Público de ese día.

El fracaso de las mesas redondas: Los mejores momentos de las conferencias se dieron en los turnos de preguntas, que fue cuando un público especialmente activo quería preguntar y participar. Los corrillos, los cafés y las charlas informales fueron sin duda el lugar donde realmente se habló de nuevo periodismo, lejos de discursos de algunos ponentes que se limitaron en general a contarte lo bueno que es su proyecto y lo bien que irá.

Foto de Luis Carlos Díaz

Los Príncipes

Saludaron a los bloggers y Letizia se detuvo unos 15 minutos a charlar con nosotras. Nos dijo que no leía blogs, ni navegaba por internet por falta de tiempo y que abría el email por ejemplo cada tres meses. Que su vida era muy ocupada, con el trabajo y las niñas, y que cuando tenía algún minuto libre lo dedicaba a jugar con sus hijas. Le preguntamos si no extrañaba la profesión y dijo enseguida «No, en absoluto». Su frase fue: «Tengo un trabajo hermoso, unas hijas maravillosas y un marido estupendo, qué más puedo pedir?».

El Príncipe contó que hacía 10 años en la Casa Real hubo una propuesta de tener una página web pero en ese momento se desechó, y que no tendría blog porque «hay cosas que no se pueden contar». Sí, era el mismo que animaba desde el estrado a utilizar las nuevas tecnologías.

Wifi

No puedo obviarlo. La falta de conexión fue lo primero que se conoció del Congreso, y creo que ensombreció bastante lo que podría haber sido la difusión del evento y la participación inmediata que tanto enriquece en estos casos. El problema se solventó de a ratos y la conexión no fue totalmente fluida.

El streaming que tenía una conexión propia de 2Mb también dio algunos problemas al principio, que se solucionaron tirando de una conexión 3G.

Queda demostrado que los bloggers preferimos menos estrellas en un hotel y que el acceso a internet es clave para el éxito de este tipo de eventos.

Cuentan más y mejor:

Lolacomomola: Cosas que aprendí en Cáceres (o la contracrónica del congreso)
Alicia Baidal: Sobredosis en tierra extremeña
Borja Ventura: Nuevo periodismo sin nuevo y sin periodismo
Javier Barrera: ConCluCa

El Congreso en fotos: Mi set en Flickr

[Update: Los congresos 1.0 han muerto, ¿nos atrevemos con los 2.0?]