Seguridad ‘a pesar de’ o el cifrado que no es cifrado

A partir de esta semana y durante varios meses hablaremos mucho sobre la Digital Services Act, la gran normativa para la actividad de internet en Europa. Pero que no se nos pase que el Consejo de la UE acaba de fijar su postura en torno al cifrado extremo a extremo (E2EE).

Lo hace con un nuevo concepto que levanta alarmas en muchos: Seguridad a pesar del cifrado. Expertos en Derecho, tecnología y políticas públicas han alertado sobre el riesgo de debilitar el cifrado pidiendo puertas traseras. Después de aquel fiasco con Google en China, el caso FBI/Apple ha sentado precedente y el cifrado se ha reconocido como garantía de los derechos de la persona, incluso por instituciones europeas.

Pero desde hace unos meses, algunos borradores empezaron a mencionar este nuevo concepto como algo necesario contra atentados terroristas y la lucha contra el abuso infantil. El problema con un cifrado con puertas traseras es que no tenemos garantías de que se pueda usar sólo contra los malos. No podemos hacer tecnología selectiva.

De todo esto hablo en este reportaje que escribí para Newtral: Seguridad a pesar del cifrado: el riesgo de las puertas traseras en la UE

No hay fronteras para el hambre

Valla de Ceuta

Europa, y en general los países desarrollados, siguen sin entender que el hambre y la miseria de las personas no puede quedarse detrás de una frontera. Siempre habrá en las personas esa energía de progreso, esos sueños sobrevalorados o no, pero ese ansia de vivir mejor: qué bueno saber que eso no se mata.

Esa energía sobrehumana que los lleva a cruzar un mar asesino en unas barcas que parecen de juguete, dejando una vida entera atrás; mirando el colmillo de la muerte, aceptando palizas por parte de policías marroquíes haciendo el servicio a la respetable Unión Europea. Pensar que las responsabilidades sobre el hambre de muchos se borran automáticamente porque esos hayan nacido detrás de unas fronteras es olvidar los terribles desequilibrios que existen globalmente y que no fueron causados de forma natural.

Estas son cosas que pienso mientras leo el primero de los capítulos de P+DH: En el laberinto del Estrecho (1) Un Muro en el mar, donde Lydia Molina relata  los intentos de los inmigrantes que quieren cruzar a Ceuta y el desengaño de los que consiguen llegar y se encuentran encerrados en la ciudad. También hay crónicas de esto todos los días en el periódico de turno, sólo que cada vez ocupan menos espacio y son menos noticia.