Lo hace con un nuevo concepto que levanta alarmas en muchos: Seguridad a pesar del cifrado. Expertos en Derecho, tecnología y políticas públicas han alertado sobre el riesgo de debilitar el cifrado pidiendo puertas traseras. Después de aquel fiasco con Google en China, el caso FBI/Apple ha sentado precedente y el cifrado se ha reconocido como garantía de los derechos de la persona, incluso por instituciones europeas.
Pero desde hace unos meses, algunos borradores empezaron a mencionar este nuevo concepto como algo necesario contra atentados terroristas y la lucha contra el abuso infantil. El problema con un cifrado con puertas traseras es que no tenemos garantías de que se pueda usar sólo contra los malos. No podemos hacer tecnología selectiva.
– How can you be alive? I saw you die. Why aren’t you dead?
– Because it’s not the fall that kills you, Sherlock.
Of all people, you should know that, it’s not the fall, it’s never the fall.
It’s the landing!
Hace unos años escuché esto de leer a más mujeres y fue otra de las ideas que me parecía absurda y luego me pasó por arriba como una apisonadora. No es que lo buscara, pero me dejé recomendar mujeres y de repente una lectura llevó a la otra. Terminé leyendo a muchísimas mujeres. No porque sí, sino porque sus lecturas me llenaban de temas mucho más interesantes, más profundos y sus puntos de vista más originales.
Muchas, como Rita Segato, Cristina Morales o Sara Mesa, abofetéandome, empujándome a un estado de reflexión constante. Otras describiendo tranquilamente sitios donde hemos estado tantas veces, situaciones en las que hemos sentido que algo no estaba bien pero donde teníamos que sobrevivir, con una naturalidad que no esperaba encontrar fuera de mí, fuera de cada una de nosotras. Lecturas que nos hicieron hablar de nosotras y ya no de cada una. Lo personal y lo político. Os paso mi lista de libros así, que te hicieron verlo, y que luego nunca puedas ya dejar de verlo.
Hace menos de un mes lanzamos la nueva web de Newtral, que nos llevó varios meses de trabajo y debates con varios equipos referentes en lo suyo que trabajaron como uno solo. Hemos aprendido mucho de comunicación, de organización y de implementación.
Uno de esos equipos era el de Artesans, con Nuria Ramoneda y Javier López, que hicieron la implementación en WordPress. En el último Wordcamp que se hizo en Sevilla el 4-5 de octubre estuvieron contando cómo trabajaron para implementarlo, sobre todo la versión AMP, con una breve introducción a mi cargo donde tuve unos minutos para explicar las características de Newtral, sus contenidos y las exigencias que tenía un sitio web como el nuestro.
Como periodista mujer que ha trabajado años en entornos digitales conozco de primera mano el acoso machista que existe en redes para cualquiera que se identifique con un avatar o nickname de mujer. No es exclusivo de estos entornos, también en las organizaciones de medios esta problemática subsiste y muchas veces aceptamos estas dinámicas como algo que viene de serie en la profesión y en la sociedad.
Una organización que lleva años tratando de entender este fenómeno es el International Press Institute (IPI). Además de desarrollar metodología para entender los patrones de los ataques, han mantenido entrevistas en profundidad con editores y periodistas de diferentes medios en 6 países de la Unión Europea. España ha sido uno de ellos, donde bajo la coordinación de la PDLI y especialmente de Yolanda Quintana, se han realizado varios focus groups, en los que participé. Todo esto sucedía durante 2018, ese año en que las mujeres salimos a la calle en España y no dejamos de salir y decir lo que tantas veces habíamos aceptado para no molestar.
En estos días se ha presentado Ontheline Newsrooms, el trabajo del IPI que recoge toda esa investigación y presenta una serie de medidas para que las redacciones puedan combatir el acoso que se da a través de plataformas digitales. Las medidas se clasifican en cuatro áreas: estructuras de las redacciones y mecanismos de apoyo, participantes implicados, moderación de la audiencia y un protocolo que puede ser adoptado por organizaciones de medios para apoyar a sus periodistas -tanto el equipo fijo como los freelance- cuando son víctimas de odio y campañas de desprestigio.