Hace bastante que oigo o leo de vez en cuando la misma cuestión:
«Desde que tuiteo, ya no posteo tan seguido como antes»
«Comparto en greader y en otros sitios y ya no lo pongo en mi blog»
«La gente comenta en mi friendfeed o en twitter y no en mi blog»
¿Twitter devora blogs? El caso más extremo que conozco es Eduo: comparte diariamente cientos de posts en su GReader, tuitea verborrágicamente y comenta en plan compulsivo, haciendo a veces comentarios que exceden largamente en riqueza de contenidos al mismo post. Y sin embargo, desde twitter en adelante su blog ha estado casi abandonado. Hemos charlado de esto mil veces, él le echa la culpa a twitter y a todos los sitios que le permiten compartir. El que hizo Friendfeed debe haber pensado en tipos como él.
Me parece muy interesante el caso de su blog porque es justamente inverso al mío. Twitter llegó a mi vida en un momento en el que mi blog estaba muriendo de aburrimiento. Probablemente era leída, aunque no creo que mucho más que ahora, pero nadie comentaba. Yo tampoco lo hacía, los blogs empezaban a parecerme fríos y lejanos. No encontraba a las personas detrás de los blogs.
Pero llegó Twitter, y me mostró a esas personas, me dijo lo que hacían, lo que comían, lo que se preguntaban, y me dejó responderles, instantáneamente además. Había vida en la blogosfera, al fin y al cabo.
Al tuitear me di cuenta de que no me interesaban las cuentas twitter con más de un 20% de Twitterfeed (automático o manual) porque para eso tenía el lector de feeds, Twitter venía a cumplir otra función para mí. Y al mismo tiempo, los blogs encontraron su lugar, o mejor dicho, las cosas que podía decir y detallar, mis opiniones y mis elaboraciones encontraban su propio espacio en el blog. También allí las discusiones podían ampliarse sin resultar molestas al resto.
Twitter, y ahora también Friendfeed, han traído la instantaneidad de la charla que necesitaban los blogs. Los comentarios sirven, pero no muestran la reacción instantánea a un tema, y sobre todo, no son *el* lugar de la reunión.
Los blogs son nuestra casa, Twitter es la plaza del pueblo, la máquina de café, el pasillo, todo eso, pero por sobre todo es el espacio donde todos estamos al mismo tiempo cuando surge un tema. Es un tema de ritmo. Nos informamos en los blogs y en los medios pero comentamos en Twitter, y luego volvemos a nuestro blog a volcar nuestras reflexiones. Esa movilidad y esa multiplicidad de espacios para la conversación al final creo que termina siendo muy positiva para combinar datos y opiniones y decantar el aluvión informativo de estos tiempos.