Obama: «Este es el progreso que es posible»

Obama - Hope

La pregunta sobrevuela todas las conversaciones, en los pasillos con la gente que está trabajando por conseguir que los Objetivos de Desarrollo del Milenio se cumplan y también en las charlas con prensa, amigos y lectores: ¿cómo va esta Cumbre? ¿Sirve para algo todo esto?

No sé si es muy pronto para evaluarlo, pero lo cierto es que tanto las palabras de José Luis Rodríguez Zapatero, Nicolas Sarkozy y ayer las de Barack Obama han dado margen a cierta esperanza.

Barack Obama habló ayer ante Naciones Unidas y en su discurso dejó claro que los objetivos del desarrollo ya no pueden ser vistos como un acto de caridad con los países pobres, sino como algo fundamental en el siguiente paso de la humanidad.

«Sospecho que algunos en países ricos pueden preguntarse: con nuestras economías pasando apuros, con tanta gente desempleada y tantas familias que apenas llegan a fin de mes, por qué una cumbre para el desarrollo? La respuesta es simple. En nuestra economía global, el progreso, aún en los países más pobres, puede promover la prosperidad y seguridad de las personas más allá de las fronteras, incluyendo a mis conciudadanos norteamericanos.»

«Por lo tanto matemos el viejo mito de que el desarrollo es mera caridad que no sirve a nuestros intereses. Y rechacemos el cinismo que dice que ciertos países están condenados a la pobreza perpetua. Durante la última mitad de siglo hemos sido testigos de la mayor cantidad de logros en cuanto a desarrollo humano que en ninguna época de la historia. Una enfermedad que ha hecho estragos en generaciones, la viruela, ha sido erradicada. El cuidado médico ha alcanzado los rincones más lejanos del mundo, salvando la vida de millones. Desde Latinoamérica, pasando por África y Asia, las naciones en desarrollo se han tornado líderes en la economía global.»

Pero también reconocía Obama que el progreso en otros objetivos no ha llegado lo suficientemente a tiempo, para los cientos de miles de mujeres que pierden su vida cada año por el mero hecho de dar a luz, o para los millones de niños que mueren en la agonía de la malnutrición, ni para casi mil millón de personas que sufre la miseria de pasar hambre crónico. Y anunciaba entonces un cambio en las políticas de desarrollo global de los Estados Unidos, la primera de su tipo por una administración norteamericana. El cambio se basa en tres puntos: 1) ya no considerar sólo la ayuda como desarrollo por la cantidad de dinero donado, sino aprovechar efectivamente todas las herramientas para hacer ese desarrollo posible: comercios, diplomacia, políticas de inversión. 2) Considerar los objetivos a largo plazo: donar comida no es asistencia, es dependencia y es un círculo que se necesita romper, es necesario ayudar a los países a salir de la pobreza. 3) Impulsar el crecimiento económico en todo el mundo.

Se dirigió a los países donantes y a los países en desarrollo: a los primeros pidió honrar los compromisos hechos con transparencia, y enfocarse en los resultados; a los segundos pidió que sean líderes en tomar las medidas necesarias para dinamizar los países.

Finalizó diciendo:

«Este es es el progreso que es posible. Este es el trabajo que podemos hacer juntos. Y este puede ser nuestro plan, no simplemente para cumplir nuestros Objetivos de Desarrollo del Milenio sino para ir más allá de ellos y sostenerlos ante las nuevas generaciones que vengan».

Las palabras de Obama muestran un compromiso claro, y esa es la esperanza de quienes han trabajado tanto por los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Sin duda es una buena noticia, aunque como dice Raymond Offenheiser, de Oxfam: «No olvidemos que en el tiempo durante el que el Presidente Obama estuvo de pie hablando ante Naciones Unidas, murió a causa de la malaria un niño por segundo. Y eso se repetirá cada hora hasta que las palabras del presidente se conviertan en acción

Foto: tonx

Zapatero apoya la tasa a las transacciones financieras

Un cauto ambiente de optimismo se respira en algunos pasillos y charlas con la gente que está participando de la UN Week, la semana de actividades previstas durante la Cumbre de las Naciones Unidas. Personas de otros países hablan con admiración del presidente español, José Luis Rodriguez Zapatero, que desde que llegó a Nueva York ha estado manifestando su apoyo, tanto ante las Naciones Unidas como luego en la Universidad de Columbia, a una tasa sobre las transacciones financieras con cuya recaudación se podrían cumplir los Objetivos de Desarrollo del Milenio.

José Luis Rodriguez Zapatero recibe firmas

Ayer estuve con él y la gente de Intermón Oxfam, donde se le entregaron las firmas de 31 mil españoles para que impulse el cumplimiento de los ODM ante la comunidad internacional. Zapatero había llegado muy tarde la noche anterior, a las 0hs, y nos recibió temprano por la mañana. Lo vimos entrar al hotel con su ropa deportiva cuando venía de correr a las 7.30 hs., y media hora después nos recibía impecable antes de partir a dar su intervención ante la sede de la ONU.

Había muy poco tiempo, pero Verónica Hernandez, la portavoz de Intermón Oxfam, con una energía y pasión que nos dejó impresionados, al entregarle las firmas instó a Zapatero a actuar ahora con medidas concretas para cumplir los Objetivos del Milenio de aquí a 5 años, entre ellas la implementación de esta tasa con el objetivo de conseguir fondos para la ayuda internacional (ver video).

El apoyo a la tasa, como es obvio, no es bien recibido por banqueros ni aplaudido por la prensa de los sectores más conservadores. Sin embargo, Francia, a través de su primer ministro, Nicolas Sarkozy, también ha apoyado la medida. En el evento sobre financiación innovadora que tuvo lugar esta tarde en la ONU paralelamente al desarrollo del plenario sobre ODM, el ministro Moratinos ha dicho que la tasa es simple, útil y viable y ha dejado claro que España defiende un impuesto sobre las transacciones de divisas como primer paso hacia un impuesto en las transacciones financieras, por lo que se une a países como Bélgica y Francia. Otros países desarrollados pueden seguir su ejemplo mañana mismo, porque como se ha dicho allí, esperar cuesta millones de vidas.

Domingo en el Lincoln Center: Stand Up against Poverty

Stand Up Lincoln Center

Nueva York se ha levantado con un domingo soleado y tranquilo, una víspera relajada para lo que puede ser esta semana donde la Cumbre de la ONU ha llenado hoteles y agendas.

Esta mañana el telediario anunciaba la Cumbre por los Objetivos de Desarrollo del Milenio previendo atascos de tráfico durante toda la semana. Ni una línea por parte de la periodista para contar qué está tratando la ONU en estos días. Nada de los ODM ni de la situación mundial de tantas personas, lo que ha sucedido tras la crisis y el salvataje de los bancos, nada sobre la cantidad de gente que ha venido hasta New York representando a sus países y sobre los líderes a quienes se pedirá explicaciones para saber cómo alcanzarán sus compromisos. Quizás esto queda demasiado lejos y al final, a la audiencia de CBS le preocupa más saber si llegará tarde al trabajo el lunes por la mañana.

Después de haber estado 24 horas despierta ayer, culpa del jetlag pero más de la cantidad de cosas que hay por ver en esta ciudad, hoy me levanté y me fui al Lincoln Center. Allí se juntaba mucha gente en un evento llamado Stand Up Against Poverty, y esto era básicamente eso: gente que se junta para recordar a los gobiernos que hay que actuar y no sólo firmar compromisos. Los Objetivos de Desarrollo del Milenio fueron un acuerdo donde 192 países se comprometieron a iniciar políticas concretas para alcanzarlos en 2015: hoy el llamado es para que las promesas se cumplan o se sigan cumpliendo.

Había unas 200 personas cuando llegué y seguían llegando. Gente joven, niños, mucho carrito de bebé, gente bailando. Tal vez por la magnitud del evento, por la ciudad que nunca se queda quieta, o por los números que están en juego me parecían pocos. Lo cierto es que allí estaban para hacer escuchar su voz, junto a muchas ONGs que ya han llegado a Nueva York. Mañana empieza la cumbre de la pobreza, en un escenario donde se aguarda saber qué actitud tomará una Unión Europea desorientada y un G8 falto de liderazgo.

Podría decir que acabar con la mitad de las personas que pasan hambre en el mundo es un objetivo demasiado ambicioso, pero lo cierto es que no lo es. Podría decir que nos esperan días de datos abrumadores y fotos de niños africanos en el telediario, pero realmente he visto más repercusión por el hecho de que Zapatero vaya a reunirse con el Rey de Marruecos que sobre los ODMs. No voy a derrochar optimismo pero les digo que desde aquí y con algunos datos en la mano, hay quienes piensan que es un buen momento de preguntar a los gobiernos qué piensan hacer con sus promesas, y recordarles que tenemos un voto para decidir qué hacer con él. Y yo prefiero ver gente bailando en un Stand Up diciendo «os recordamos que seguimos pendientes de vuestros compromisos» que pensando que nada se puede hacer y despotricando contra los políticos y los imperios. Seguiré contando.

Reducir el hambre en el mundo es posible

Niños comiendo

Buenas noticias: El número de personas con hambre bajó en 98 millones desde el año pasado, según el último informe de Oxfam «Halving Hunger: Still possible» de acuerdo a datos proporcionados por la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

Pero antes de entusiasmarse demasiado hay que revisar un par de datos más: aún quedan 925 millones de personas con hambre en el mundo, algo así como que una de cada seis personas no está comiendo la cantidad necesaria de alimento. Y ese número es una cantidad mayor a las actuales poblaciones de toda la Unión Europea, de Canadá y de los Estados Unidos, los tres juntos, sí, sumados.

La segunda observación es que esa caída se debe a algo fortuito, dos años de buenas cosechas previas, y no tanto a los esfuerzos políticos y la voluntad de cambiar la situación.

Hay una serie de eventos climáticos que parecen revertir esta tendencia: los incendios en Rusia, el 4to mayor país exportador de trigo, que han llevado a que el gobierno prohiba la exportación de granos de trigo hasta el final de 2011. Las inundaciones en Pakistán harán que este país tenga que importar alimento durante el próximo año, porque el Punjab, una de las áreas devastadas, produce 80% del grano que se consume en Pakistán. La subida de precios parece inevitable.

¿Cabe la posiblidad de ser optimistas? Sí. Hay países que han abordado con éxito el problema del hambre en la última década. En Vietnam y Brasil los gobiernos impulsaron una política de apoyo financiero a los productores de alimentos más pobres (granjeros, pescadores) y crearon redes de contención social para quienes no podían producir o comprar suficiente comida. De esta manera ambos países terminaron con el problema de manera radical.

Malawi es otro caso notable: este país africano lanzó un programa de subsidios en 2005 para que los agricultores pobres tuvieran acceso a fertilizantes y semillas. La producción de maíz se duplicó en sólo dos años. Hoy, Malawi no depende de otros países para cubrir sus necesidades alimentarias y se ha convertido en un país exportador, incluso enviando comida a Haití después de que fuera golpeada por el terremoto.

Son buenas noticias pero sigue siendo necesaria una acción coordinada y que las promesas hechas en 2005 por 189 líderes mundiales se cumplan. Es el objetivo de la ONU y de muchas ONGs la próxima semana en la Cumbre por los Objetivos de Desarrollo del Milenio en Nueva York, porque como dice el informe: «si las promesas pudieran alimentar a las personas, no habría una sola persona con hambre en el mundo«.

Los países necesitan seguir en sus políticas internas el ejemplo de Brasil, Vietnam y Malawi y desarrollar planes para reducir el hambre. Las Naciones Unidas y los países ricos deben apoyar esos esfuerzos y proveer otras formas de inversión, tales como la tasa Robin Hood. La semana que viene en New York se pondrán sobre la mesa los compromisos que los países firmantes adquirieron y se hablará de las medidas que piensan aplicar para cumplir los Objetivos del Milenio en 2015. Es la oportunidad que tenemos antes del fin de plazo para preguntar a los gobiernos qué están haciendo por cumplir lo que acordaron, y allí estaré contando lo que nos digan.

La foto fue hecha por salvoguille en la Asamblea Popular Plaza Dorrego de San Telmo, Buenos Aires, Argentina, que todos los domingos da de comer a 150 personas sin recursos.