Máquinas y Almas

«La experiencia más grandiosa es el misterio. Es la emoción fundamental que yace en la cuna del arte auténtico y de la ciencia auténtica»
Albert Einstein

La exposición «Máquinas&Almas» trata de profundizar en el hecho de que, a comienzos del siglo XXI, arte y ciencia discurren por caminos paralelos. Y lo hace a través del trabajo de un grupo de artistas escogidos por su capacidad de aunar arte, tecnología, misterio, emoción y belleza.

El elemento crucial en la nueva discontinuidad tecnológica es nuestra humanidad. Sin ella, todo lo demás carece de sentido. Los ordenadores no piensan, replican pensamientos. Los ordenadores no sienten, replican nuestras emociones. Son, como los define Sherry Turkle, el espejo psicológico donde nos contemplamos. Espejos dónde jugamos, dónde sentimos, dónde expandimos nuestra imaginación. También dónde creamos.

El sábado fui a la exposición Máquinas y Almas que está en el Reina Sofía. Sí, ya estaba obsesionada con las personas, parece que ahora mi obsesión es con las máquinas también. El fin de semana que viene voy de nuevo, no les digo más.

A Alex también le gustó.

Twitter y la pregunta del millón: su modelo de negocio

Esta semana recibimos un email de Biz Stone donde nos cuenta que, por ahora, se acabaron los sms gratuitos para usuarios de Twitter. Esta compañía en junio ya tenía, según comScore, 3 millones de usuarios mensuales (el triple de lo que tenía en noviembre) y los periodistas siguen intentando sonsacarle al trío cualquier pista sobre su modelo de negocio.

Ev, Jack, Biz

El hecho de poder enviar y recibir tweets en el móvil era uno de los atractivos principales de Twitter y el que los distingue de todos los sucedáneos que han surgido. Jack dice ser un fan de los sms y considera que es lo que realmente puede unir los dos mundos: online y offline, porque te ayuda a despegarte del ordenador y aún así seguir conectado.

De todas maneras, Twitter continúa manteniendo su servicio de postear mediante sms. Lo que se suspende es la recepción de las alertas, que cuesta mil dólares al año por usuario a Twitter, porque en Europa por ejemplo, el coste de un sms recibido no recae en el receptor, como en EE.UU. sino en el que lo envía. Twitter ha estado intentando llegar a un acuerdo con operadoras de los distintos países pero sólo lo ha logrado con Canadá, India y los EE.UU., lugares donde mantienen el servicio de recepción de mensajes.

El día del anuncio de los SMS volvieron a alzar las voces muchos usuarios que piden un servicio de pago. Esto, que podría ser un canto de sirenas para muchas empresas, no es considerado por el trío de Twitter. En una entrevista que dieron a Wired, se muestran reacios a decepcionar a la base de usuarios frecuentes de Twitter, que ha crecido acostumbrada a un servicio libre de publicidad.

A cambio, se muestran tranquilos y dicen que con el dinero que tienen en el banco, su prioridad no es decidir el modelo de negocio sino hacer que Twitter funcione bien.

Jack Dorsey, CEO, dice sobre el tema en otra entrevista a CNN Money: «un montón de personas tiene ideas sobre cómo monetizar esto, y nosotros también».

Dejando de lado la posibilidad de cobrar a los usuarios, una posible pista podría ser la compra de Summize, un buscador creado solamente para buscar entre tweets, cuyos términos no se han revelado. Summize podría actuar de la misma manera en que Google pone anuncios relevantes a la búsqueda. Los anunciantes podrían usar Twitter como una plataforma de distribución hacia aquellos que hubieran aceptado voluntariamente ser tuiteados (opt-in).

También se menciona la posibilidad de cobrar a grandes empresas por mantener un canal en twitter, que en varios casos (mencionan a Dell) se empiezan a mostrar como un canal clave en la comunicación con los clientes.

Lo que hace muy grande a Twitter es lo que TechCrunch acertadamente ha calificado como su outstanding audience (una audiencia, un público fuera de serie), y para mí está claro que no quieren arriesgarse a perderlo embarcándose en el primer modelo de negocio que se les ocurra.

Primera Reunión Twitter en Madrid



Empezaron hablando de carne y terminaron hablando de sexo, o casi. Pero lo más interesante fue todo lo que se dijo en el medio, incluyendo un par de proyectos conjuntos.

La primera reunión Twitter en Madrid ocurrió en un Vips de la calle Fuencarral y fue un éxito. Dijeron presente: Laura (@credula), Cecilia (@chechi), Juan (@juangigli) y Marilín (@marilink). Hace 20 días no se conocían y anoche no hubo ningún hielo que romper.

Tres controlan el email compulsivamente, dos usan Netvibes y una Google Reader, otro adora los podcasts. Una maquera y dos linuxeros. Dos periodistas, una diseñadora y un programador, también un comercial y una fotógrafa. Todos se reconocen adictos a internet en mayor o menor medida, aunque ninguno deja de salir un sábado por quedarse a ver los 20 mejores sitios del año de Times. (¿O sí?).

Muchos sobreentendidos, muchos conocidos comunes y manías compartidas: un sentimiento, por fin, de no sentirnos los únicos bichos raros de nuestras familias y grupos de amigos.

Antes de despedirnos, ya era tarde y teníamos sueño:
CeciAhora cuando te conectes…
CrédulaUhh, ¡yo ahora me voy directo a la cama!
Marilink¡Ah yo también! Estoy muerta de sueño, no me conecto ya hoy…

Al llegar a casa estábamos todos conectados otra vez. Todos.

Por supuesto, ya hay una próxima para todos los tuiteros, sean argentinos, españoles, peruanos, holandeses.

Si vives en Madrid y twitteas ya tienes una cita los primeros martes de cada mes. Agrega a @marilink para más novedades.

Fotos: en la próxima entrega.

Petróleo biológico?: existe

El petróleo biológico y renovable de Alicante

El Mundo. Actualizado lunes 28/05/2007 12:59

GUSTAVO CATALÁN DEUSMADRID.- ¿Se imaginan un petróleo biológico, renovable y que absorbe dióxido de carbono (CO2) en un ciclo sin fin? Existe. Está en unas discretas naves en Alicante de la empresa española Bio Fuel System (BFS), que es quien lo ha inventado.Tiene el color verde de las algas, contiene cientos de millones de seres unicelulares por mililitro cúbico, y se ha tardado varios años años en dar con la fórmula científica de cultivarlo en un medio artificial. No en vano, detrás de este futuro biocombustible están los departamentos de Biotecnología, Ingeniería Química y Ciencias del Mar de las universidades de Alicante y Valencia.Sus padres son el profesor de Biotecnología de la Universidad de Alicante, Cristian Gomis, y el ingeniero de Termodinámica, Bernard Stroïazzo. La búsqueda de este último de un sistema que acelerara el ciclo vital de la fotosíntesis por el que las células marinas absorben el dióxido de carbono y expulsan oxígeno, crecen y se reproducen, encontró la respuesta en el biólogo marino Gomis.

En estos años se han seleccionado una treintena de cepas de familias de algas clorofíceas a las que se ha alimentado con luz solar, CO2 y una pizca de fósforo y nitrógeno. El resultado ha sido que en esas condiciones artificiales óptimas, sin cambios extremos de temperaturas, ni corrientes, ni depredadores, han acelerado sus procesos vitales y reproductivos. Si en el medio marino la concentración de estos seres es de 300 en un mililitro cúbico, en el sistema BFS llega a 200 millones.

Una sopa verde

La batería de cilindros de plástico transparentes de tres metros de altura y 70 centímetros de diámetro -que hacen de prototipo de la que será una próxima planta industrial- contiene una especie de sopa de color verde, donde cada día esos cientos de miles de millones de seres se dividen en dos cada 12 horas. Es así como la biomasa está servida.Es igual que la del mar, aunque más densa. O como ocurrió hace 200 millones de años con el fitoplancton en una Tierra en formación, cuando los cataclismos lo sepultaron y se fosilizó, hasta que hace 150 años el hombre comenzó a extraerlo, lo llamó petróleo y creó una sociedad dependiente de este combustible.

El biopetróleo de BFS no tiene el color negro del crudo y no tiene ni azufre ni los metales pesados que se le incorporan en su fosilización. Es sólo materia orgánica con la celulosa y el silicio de la membrana celular. Cada día se ordeña el cilindro extrayendo la mitad de su contenido, se centrifuga, se devuelve el agua al tanque para que se doble la cantidad de individuos en las siguiente 24 horas, y queda la materia orgánica en pasta para la refinería o seca para carbón. Cada kilogramo de esta masa tiene 5.700 kilocalorías. Tanto como el carbón. Capaz de alimentar plantas térmicas de electricidad, que se verían obligadas a capturar el CO2 de sus chimeneas para alimentar al biocombustible que crece en la planta de al lado, donde digiere su propio carbono y ni tan siquiera hay que transportarlo. Una refinería podría hacer lo mismo.

¿Quién da más?

Bernard Stroïazzo afirma que han logrado reproducir el «mejor intercambiador de energía del Sol que existe, el mismo que hay en los océanos en forma de fitoplancton y que es la base de la cadena alimentaria marina». Gomis señala que «las algas son seres inmortales porque están en crecimiento infinito».

Más del 50% de la masa de las decenas de miles de especies de algas que componen el fitoplancton en los océanos es aceite. ¿Para qué quieren tanta grasa? Simplemente porque tiene menos densidad que el agua y flota en el mar con el fin de estar cerca de la superficie donde llega la luz solar, que es la mitad de su dieta junto al dióxido de carbono en la fotosíntesis. En BFS logran que, en cada dos metros cúbicos de agua, se produzcan seis kilos al día de biomasa. Esto es miles de veces más que el cultivo anual de soja, girasol o palma, usando mucho menos territorio y menos agresivamente. El próximo objetivo de la empresa será la primera planta de producción eléctrica de 30 megavatios antes de un año. Necesitarán de una hectárea para instalar el hogar artificial de las algas en cilindros de ocho metros de altura y 70 centímteros de diámetro. Allí producirán la electricidad de 3.000 viviendas con calderas que muevan generadores y recuperen el CO2. El lugar ya está elegido en Alicante y las licencias solicitadas.

Las palabras sesgadas

Algo sobre la importancia de las palabras y la responsabilidad del periodista.

Periodismo de guerra
LAS PALABRAS SESGADAS SOBRE MEDIO ORIENTE

Las palabras no son neutras. Al contrario, debido a su utilización sesgada por parte de una prensa que proyecta la realidad de las sociedades democráticas, el público occidental no logra comprender la situación en Medio Oriente y en el mundo árabe. Un pantano lingüístico se suma al de la guerra.

por Joris Luyendijk
Periodista holandés, autor de Casi humanos. Imágenes de Medio Oriente (en holandés, Podium, Ámsterdam, 2006), libro del que se vendieron en Holanda más de 600.000 ejemplares.

Traducción: Carlos Alberto Zito

Comprender el qué, el dónde, el cuándo, el quién y el cómo, para luego escuchar a cada parte sobre el porqué, sin dejar de diferenciar los hechos de las opiniones, es el modo de reconocer el periodismo de calidad. ¿Qué prometen los spots promocionales de CNN, Fox-News o Al-Jazeera, sino la objetividad? “We report, you decide”: Nosotros informamos, usted decide. Sin embargo, luego de cinco años de trabajar como corresponsal en Medio Oriente, mi conclusión es pesimista: los periodistas occidentales no pueden reflejar con precisión, y aun menos de manera objetiva, el mundo árabe y Medio Oriente. Incluso cuando siguen al pie de la letra las reglas periodísticas, pintan un panorama profundamente sesgado y deformado de la región.

El problema esencial remite a las palabras empleadas: las que utilizan los periodistas no significan nada para el público occidental o son interpretadas de maneras diferentes, o son simplemente deformadas.

Los mejores ejemplos de esos términos “desconocidos” para el público estadounidense y europeo son las palabras “ocupación” y “dictadura”. La ignorancia de lo que es una dictadura no es monopolio de los intelectuales ni del público en general. En la época en que yo era corresponsal, recibía de vez en cuando reprimendas del jefe de redacción: ¿Por qué hacía falta tanto tiempo para obtener una visa para ir a Irak en tiempos de Saddam Hussein? ¿Y por qué no había ido aún a Libia? “¿Cómo que no te dan visa? ¡Tienes que insistir!” Para no hablar del pedido de un célebre periodista de investigación que quería obtener los datos para localizar a los servicios secretos jordanos, o de un contador que me exigía los recibos por cada persona que yo había tenido que sobornar durante mi viaje al Irak del ex dictador.

Sin embargo el jefe de redacción, el contador y el periodista de investigación seguían la actualidad de cerca, leían los diarios y veían la televisión. ¿Pero acaso esos diarios o esos canales de televisión explican lo que es realmente una dictadura?

El libro que publiqué en el verano boreal de 2006 trata de ese tema: el miedo, la desconfianza, el lavado de cerebro, la corrupción y la destrucción deliberada de los recursos humanos, del amor propio, de la opinión pública. El editor estaba personalmente implicado y lo leyó varias veces. Cuando fue a la feria del libro de Francfort, volvió lleno de entusiasmo: había hablado del libro con un colega egipcio que se mostró interesado: ¡mi éxito en el mundo árabe era inminente! Mi editor estaba feliz, hasta el día en que le explicaron que había una contradicción en los términos: ¿una dictadura podía autorizar la publicación de un libro cuyo tema es el carácter execrable de esa misma dictadura? Aún luego de haber digerido cien páginas consagradas al culto del miedo sobre el que se apoyan los Estados policiales, la palabra dictadura seguía siendo para él una abstracción.

¿La palabra “ocupación”, puede estar igualmente vacía de sentido para los lectores y los telespectadores occidentales? Semejante vacío explicaría por qué se le exigen cada vez más pruebas a la Autoridad Palestina de que “hace suficientes esfuerzos para luchar contra la violencia”, mientas que casi nunca se le pregunta a los portavoces del gobierno israelí si ellos “hacen suficientes esfuerzos para luchar contra la ocupación”. No caben dudas de que los ciudadanos occidentales saben en qué consiste la horrible amenaza terrorista, aunque más no sea porque los políticos de derecha se lo recuerdan regularmente. ¿Pero, quién le explica al público occidental el terror que se oculta tras la palabra “ocupación”? Independientemente del año que se tome como referencia, la cantidad de civiles palestinos muertos a causa de la ocupación israelí es al menos tres veces superior al de los civiles israelíes muertos a causa de atentados. Pero los corresponsales y los comentaristas occidentales que hablan de los “sangrientos atentados suicidas” no hablan nunca de la “sangrienta ocupación”.

Proyecciones democráticas

Los horrores diarios de la ocupación israelí se mantienen en su mayoría invisibles, pero “la información” proveniente de las dictaduras llega efectivamente a los diarios y a la televisión occidentales. Se presenta entonces un nuevo problema: cuando los periodistas describen los acontecimientos, utilizan el vocabulario de las democracias. Hablan de “parlamento” o del “juez”, dicen “el presidente Mubarak”, en lugar de “el dictador Mubarak”, y mencionan al Partido Nacional Democrático, cuando el mismo no es ni “democrático” ni un “partido”. Citan a un profesor universitario del mundo árabe, pero olvidan añadir que está controlado y vigilado por los servicios secretos. Cuando en la pantalla de la televisión aparecen algunos jóvenes furiosos que queman la bandera danesa en un Estado policial, llaman a eso “una manifestación” y no una operación de comunicación.

Lo que resulta desconcertante es que los corresponsales en Medio Oriente conocen perfectamente lo que significa una ocupación y una dictadura. Trabajan y viven en países árabes y en los territorios palestinos, tienen allí amigos, colegas y familias que no pueden fiarse a ninguna regla de derecho. Esos amigos, esos colegas, esas familias, no son ciudadanos sino sujetos, casi sin defensa, y ellos lo saben. ¿Pero como podría saberlo el público occidental, cómo podría saber verdaderamente de qué manera funciona el sistema? Sobre todo cuando el vocabulario utilizado da a entender que las democracias y los Estados policiales funcionan casi de la misma manera, con un parlamento, un presidente, y, el colmo de los colmos, con “elecciones”.

Hay palabras que no significan gran cosa para los ciudadanos corrientes occidentales. Otras expresan cosas muy distintas. Se trata de palabras en sí mismas deformadas: unos pocos minutos de zapping por los distintos canales satelitales basta para demostrarlo. ¿Hay que decir “Israel”, “la entidad sionista”, “la Palestina ocupada”?

¿”Intifada”, “nuevo holocausto” o “lucha por la independencia”? ¿Tal parcela de tierra es “cuestionada” u “ocupada”?, ¿y debe ser “concedida” o “devuelta”? Cuando Israel cumple con una condición que figura en un tratado firmado, ¿se trata de una “concesión”? ¿Existe una “negociación” entre israelíes y palestinos? Y en tal caso, ¿cuál es el margen de maniobra de los palestinos, sabiendo que el término “negociación” implica concesiones mutuas entre dos partes más o menos iguales?

No hay palabras neutras. ¿Qué vocabulario adoptar entonces? No es fácil escribir un despacho de prensa de este tipo: “Hoy en Judea y Samaria / en los territorios palestinos / en los territorios ocupados / en los territorios en disputa / en los territorios liberados, tres palestinos inocentes / terroristas musulmanes, fueron eliminados preventivamente / brutalmente asesinados / asesinados por el enemigo sionista / por las tropas de ocupación israelíes / por las fuerzas de defensa israelíes”. O en el caso de Irak: “Hoy, los cruzados sionistas / las tropas de ocupación estadounidenses / las fuerzas de la coalición, atacaron bases de la resistencia musulmana / de los terroristas / de células terroristas”.

La cultura occidental es optimista: cuando usted identifica un problema se le pide al mismo tiempo proponer una solución. ¿Pero, cómo salir de ese pantano lingüístico, sino quizás reconociendo más claramente los prejuicios y los inevitables filtros que tiene toda labor periodística, y terminando con el engaño de las consignas marketineras? Nosotros informamos, usted decide: de acuerdo. Pero nosotros decidimos lo que usted ve y cómo lo ve.

Felizmente, queda una última categoría de palabras sobre la cual los medios occidentales podrían esforzarse un poco más. ¿Por qué un judío que reclama la tierra que le fue dada por Dios es un “ultranacionalista” mientras que un musulmán que esgrime el mismo razonamiento es un “fundamentalista”? Un dictador árabe que opta por una política diferente a la de los occidentales es un “anti-occidental”, pero esa etiqueta no se aplica nunca en el otro sentido. ¿Qué líder estadounidense fue calificado de “radicalmente anti-árabe”? Un responsable político israelí que cree que sólo la violencia puede proteger a su pueblo es un “halcón”. ¿Alguien oyó alguna vez hablar de un “halcón” palestino? No. Será un extremista o un terrorista. Los responsables israelíes que creen en el diálogo son “palomas”, mientras que un palestino que opta por la misma vía es un “moderado”, lo que da a entender que, a pesar de que la violencia reside en el corazón de todo palestino, ese logró, gracias a Alá, “moderar” sus tendencias profundas. Y mientras que Hamas “odia” a Israel, ningún partido o líder israelí “odió” nunca a los palestinos, ni siquiera cuando esos líderes utilizan su puesto gubernamental para preconizar la expulsión de los palestinos. ¿Salvo que se trate de una “limpieza étnica”, de una “mudanza involuntaria” o de una “transferencia”?

J.L

De LE MONDE Diplomatique, Edición Cono Sur. Servicio Informe-Dipló 14/03/2007

Los Freegans

Leyendo la descripción de un freegan, me dí cuenta de que es algo que resume muchas de mis convicciones y comportamientos. Los freegans son personas que «emplean estrategias alternativas para vivir, basadas en una participación limitada en la economía convencional, y en un mínimo consumo de recursos».

«Tras años intentando boicotear productos procedentes de corporaciones causantes de la violación de derechos humanos, de la destrucción ambiental y el abuso de animales, muchos de nosotros descubrimos que independientemente de lo que compráramos siempre acabábamos apoyando algo deplorable. Entendimos entonces que el problema no es sólo unas pocas malas empresas sino el propio sistema en su totalidad.»

¿Plantean los freegans vivir fuera de esta sociedad? Creo que no. Si has vivido en un país del tercer mundo, y si además has pasado épocas con poco dinero, sabrás que las sociedades del primer mundo se caracterizan por un consumismo alienante. Es un sistema, con partes perfectamente engrasadas para que funcione así, pero tú puedes elegir: dejarte llevar, o actuar en consonancia con lo que piensas y sientes.

Personalmente hay opciones que me parecen un poco extremas, por ejemplo lo de recoger comida de la basura. Creo que hay un riesgo de intoxicación alimentaria, aunque ellos dicen que no es así.

Sin embargo creo que para compartir los principios de los Freegans no hace falta que te hagas comedor de basura, ni siquiera vegetariano, ni okupa. A mí me vale con hacer lo que pueda, aunque sea poco, aunque parezca poco. Si puedo reutilizar cosas que estaba por tirar, si evito comprar cosas que realmente no necesito, está bien, aunque no pueda plantar un huerto. Si no tengo sitio, siempre tengo mis habilidades, y puedo entrar en un banco de tiempo. Si no puedo ir al trabajo en bicicleta pero sí puedo usarla para hacer la compra o para ir a clases, está bien. Si ni siquiera puedo hacer eso, pero puedo moverme en trasporte público, también está bien.

Links:
Qué es un freegan?
Podcast over freeganism (in english)
Food not Bombs
Freecycle
, un gral lugar para intercambiar cosas gratis
Banco de tiempo San Javier