El empleo se queda obsoleto

Now that we’re in the digital age, we’re using technology the same way: to increase efficiency, lay off more people, and increase corporate profits.

While this is certainly bad for workers and unions, I have to wonder just how truly bad is it for people. Isn’t this what all this technology was for in the first place? The question we have to begin to ask ourselves is not how do we employ all the people who are rendered obsolete by technology, but how can we organize a society around something other than employment? Might the spirit of enterprise we currently associate with «career» be shifted to something entirely more collaborative, purposeful, and even meaningful?

Douglas Rushkoff, full article in CNN (traducción al español en Derecho a Leer).

Fear of death

Have you ever made love to a truly great woman? And when you do you feel true and beautiful passion and for at least at that moment you loose your fear of death?

I believe that love that is true and real creates a respect for death. All cowards come from not loving and not loving well, which is the same thing.

– From Midnight in Paris, Woody Allen

Super 8

No sé si Super 8 es la película del año como dijo algún fanático por ahí, pero sin dudas es una película deliciosa, llena de la magia de un cine de los 80 y de muchos valores añadidos más. Deberían verla ya mismo.

J. J. Abrams confirma una vez más que puede hacer las mejores explosiones y escenas de tragedia (recuerden cómo abría la historia de LOST) para, en los 15 minutos siguientes, meternos en un diálogo mucho más impactante que 20 vagones de trenes volando por el aire. La película está llena de guiños a la infancia, a un tiempo donde se usaba Super 8 para filmar y la aventura era colarse en tu escuela de noche. Hay ausencia de las madres en los dos protagonistas y hay una difícil relación con dos padres, los dos casi antagónicos, pero los dos finalmente entendibles en sus dramas.

La imponente madurez actoral de Elle Fanning como reflejo de la lógica madurez de una niña de 13 al lado de los niños de su edad; la templanza de Joe Lamb (Joel Courtney), las bicicletas, la vida de pueblo, la familia numerosa y todo eso mezclado con un alien, con unos sucesos extraños de una forma tan mágica que sólo J. J. Abrams (escritor, director y productor) y Spielberg (que también es productor) podrían haber logrado.

17A en Sol

Anoche pasé por la manifestación por un Estado laico. Llegué a Sol como a las 20hs. La manifestación estaba bastante desorganizada, nadie sabía muy bien a dónde había que ir. Venían con sus carteles y cánticos: algo a favor de la religión fuera de las escuelas, «No estamos todos, falta Galileo», «menos crucifijos y más trabajo fijo», «Cambio tarjeta del INEM por carnet de peregrino», «Esa mochila la he pagado yo», y también «Vuestro Papa es un nazi», «Iros a Somalia». Mucha gente cansada del despliegue y de las subvenciones por la visita del Papa.

Muchos grupos de la #JMJ que en estos días llena Sol y calles aledañas estaban por ahí, y a los cantos de la manifestación empezaron a responder con otros, tipo «Viva el Papa», «Benedicto, Benedicto». La actitud no era alegre, sino de enfrentamiento. Se producían situaciones de tensión. Hay que decir que no eran todos, eran algunos grupos los provocadores, como sucede casi siempre. También vi que la gente de la manifestación increpó a peregrinos de #JMJ que pasaban por ahí, eso no me gustó.

Me llamó la atención la actitud de la policía, que en cuanto veían a alguien con mochila de la #JMJ corrían a hacerles de escoltas y a convencerlos de que salieran de la plaza. La mochila debe venir con derecho a escolta incluído, tuiteé y más tarde aparecía un infaltable #mochilafacts.

La misma policía, que una vez que no quedaban jóvenes católicos en Sol, formó un cordón sobre las entradas, y más tarde cargó contra quienes estaban dentro, sin ninguna causa justificada.

Yo ya me estaba yendo a casa, buscando algún metro alternativo a Sol que estaba cerrado, y con preocupación leía los tweets que mandaban quienes estaban aún allí. Cuando llegué a casa y ví las imágenes todo esto me parecía inaudito. Los medios, una vez más, desinformando, llamando «anti-papa», el nombre que puso Esperanza Aguirre, a una manifestación que era a favor de un Estado laico; llamando indignados a los manifestantes, a pesar de que eran otras asociaciones y no el 15M quienes convocaron esta manifestación; diciendo que había agresiones por parte de los manifestantes y «olvidando» contar las provocaciones de los grupos católicos.

Más aún cuando veo las imágenes que ha grabado Stephane M. Grueso y lo que cuenta, él que estuvo desde el comienzo de la manifestación hasta que todo terminó. Coincido en muchas cosas con lo que dice y sobre todo con su pequeño excurso sobre la policía, no se lo pierdan (está como al final del artículo). Los que queremos que la calle sea realmente de todos debemos preguntarnos por la actuación de la policía, y me uno al pedido de que la Delegada del Gobierno en Madrid, Dolores Carrión dé algún tipo de explicación sobre lo que ocurrió en Sol anoche.

Actualización: Lidia Ucher, periodista, cuenta en primera persona su detención.

Wayra en Argentina

He seguido el proyecto de Wayra desde que nació y me alegré mucho de saber que esta convocatoria de startups llega a la Argentina.

Wayra es una aceleradora de empresas que apuesta por las startups latinoamericanas, convencida de que las oportunidades de crecimiento vienen de las ideas y de que Latinoamérica es un enorme generador de talento.

En Argentina suele haber muchas ideas de negocio pero a veces falta el respaldo, no sólo económico sino mediante la creación de espacios donde los emprendedores se conecten, compartan ideas y hagan crecer sus proyectos. Leía hace poco el estudio sobre los 5 mitos sobre emprendedores de Estados Unidos y pensaba que no sólo hay falta de estudios de este tipo sobre nuestra región sino el mismo objeto de estudio: un ecosistema de inversores y emprendedores que no necesiten irse a otro país para conseguir que escuchen e inviertan en su proyecto.

Wayra ya ha realizado con éxito convocatorias en México, Colombia y España, donde a través de las wayraWeeks se reúnen emprendedores, inversores, partners y mentores para compartir sus experiencias y conocimiento.

Como en esos países me encantaría ver en Argentina proyectos propios, ambiciosos y bien pensados. Es importante apuntar a un nicho de mercado y por eso Wayra define algunos que es bueno tener en cuenta:

a. Video
b. Servicios Cloud
c. Servicios financieros
d. Futurecommunications
e. Modelado de usuario
f. M2M
g. Seguridad
h. E‐Health
i. Aplicaciones móviles y juegos
j. Red / Sistemas
k. Consumer Internet
l. Innovación social
m. E‐commerce
n. Servicios de localización

Lo mejor es leer las bases completas, y no tardar en inscribirse que sólo quedan 3 semanas para el 4 de septiembre, cierre de la convocatoria.

Nyan Cat: ahora la música de orquesta

Por si a alguien no le había llegado alguna versión del meme, y en la reproducción/reinvención non-stop que también tiene este gato, aparece la versión de música de orquesta.

Nyan Cat the Movie by blakerobinson

El también llamado Pop Tart Cat remixa una fantasía de pasteles y gatos voladores, un tema que lleva dando vueltas en las comunidades de ilustradores y arte en internet. Veinticinco millones de vistas en Youtube lleva este video hasta este momento.

¿Es la SGAE necesaria? Hablamos con un autor

Sede de la SGAE en MadridLa Sociedad General de Autores y Editores (SGAE) viene siendo fuertemente cuestionada, no sólo a raíz de la última intervención judicial por la denuncia de desvío de fondos, sino desde hace bastante tiempo.

Por un lado, la fuerte presión para conseguir un canon digital que al final ha sido declarado ilegal por la Unión Europea y la Justicia española, y por otro, la forma de funcionamiento de la entidad revela un esquema distributivo por lo menos poco democrático como entidad gestora de los derechos de autor en España.

Juan Pablo Mendiola es actor, autor y director de teatro, y cree que la SGAE es necesaria. Dice que la suya con la SGAE es «como la de muchos autores dramáticos, una relación forzada. Como un matrimonio de conveniencia», y se pregunta cómo se puede ser autor sin morir en el intento (de remuneración). Para conocer de cerca su punto de vista y que nos cuente su experiencia con la SGAE le hicimos algunas preguntas.

MG – ¿Cómo vendes tu trabajo como autor de textos teatrales?

JPM – Cuando uno es autor de textos teatrales y no de novelas, ensayos, etc., el máximo objetivo de uno no es que le publiquen el texto y se venda y de esas copias sacar un porcentaje, peleando con el editor. Con un texto teatral en la mano, el mejor de los logros es que una compañía teatral lo ponga en escena. Siendo difícil de por sí que esto suceda, una vez pasa se pueden dar dos opciones:

La primera es que el propio texto esté encargado por la compañía y ésta pague al autor una cantidad a convenir por el mismo. Ese contrato implica que el autor se compromete a entregar el texto en un plazo determinado y que la compañía tiene derecho a explotar el texto en exclusiva durante un tiempo a convenir. El autor siempre será propietario de los derechos.

La segunda opción es que la compañía se vea interesada en el texto, se ponga en contacto con el autor (casi siempre por medio de la entidad de gestión de derechos de cada país), y éste de su autorización a la compañía estableciendo unas condiciones de retribución de derechos.

En ambos casos los derechos de autor son siempre propiedad de éste último.

MG – ¿Cómo funciona el cobro de los derechos? ¿Quién los paga?

JPM – Cada vez que se representa una obra que yo he escrito, una sala teatral obtiene unos beneficios. Dado que un autor teatral no tiene un sueldo y en la mayoría de ocasiones no «vende» su obra, su única fuente remuneración real es la recaudación de los derechos generados. Es decir si usted gana dinero con aquello que en la soledad de mi estudio, con el frío invernal y un paquete de cereales como compañero, escribí… yo tendré derecho a una parte. Cuánto más exitosa sea la obra mayores ingresos tendremos usted y yo. Todos ganamos con la creación de ese texto. En la mayoría de los casos las salas teatrales dependen de gobiernos, ya sean municipales, autonómicos o nacionales.

MG – ¿Es necesaria la SGAE para recaudar tus derechos? ¿Qué porcentaje se llevan? ¿No sería mejor que los recaudaras tú mismo?

JPM – Si no eres socio de SGAE e intentas recaudar tus derechos de autor, ten por seguro que, o tienes mucha paciencia y poca urgencia por cobrar, o te tienes que gastar dinero en algún abogado/gestor que acelere el proceso. Cómo la profesión de uno es escribir y crear contenidos culturales, todo el tiempo que uno dedique a cobrar los derechos, lo está dejando de emplear en la creación. Eso es inviable. La obra de uno es representada por toda la geografía española y por ejemplo en mi caso con una obra, está siendo representada en Noruega, Francia, Italia… Lo cual complica la recaudación pues hay que ponerse en contacto con la entidad gestora de cada país para que recaude en nombre de uno…

La SGAE facilita todo esto, lo agiliza y lo acelera. Mensualmente hace una liquidación por cuenta de los derechos que han recaudado en ese periodo. ¿Cuesta dinero? Sí. Un 15% de los ingresos.

Pero de otro modo nadie asegura la recaudación ni el coste de la misma en trámites, llamadas, abogados…

MG – ¿Qué beneficios tiene ser socio de la SGAE, más allá del cobro de los derechos?

JPM – Ser socio de SGAE te asegura el cobro de los derechos y además te da algunos servicios interesantes. Un seguro privado (no olvidemos que los autores no son asalariados, ni empresarios), acceso a formación a unos precios bastante asequibles a través de cursos de reciclaje con profesionales en las distintas sedes repartidas por la geografía española, la posibilidad de percibir adelantos a cuenta de los derechos a ingresar (un salvavidas, pues muchos ayuntamientos y salas tardan una eternidad en pagar derechos), acceso a programas de difusión de tus obras…

A nivel personal la SGAE, me ha permitido obtener remuneración por una de las distintas profesiones que acometo dentro de la creación de espectáculos teatrales. Antes de ser socio, ni siquiera sabía que era un derecho que me pertenecía. Tras hacerme socio incluso percibí ingresos por representaciones de obras que se habían realizado años antes de formar parte de SGAE, sin reclamarlos, tras registrar las obras ellos me liquidaron aquello que seguramente habían cobrado sin yo ser socio. Si no lo hubieran cobrado en aquel entonces, yo aún hoy no habría cobrado por aquellas actuaciones de hace años.

Supongo que a la opinión pública solo le interesa el gran titular. Bisbal, Bautista, Ramoncín… Fijaos que dentro de la catalogación de derechos dentro de SGAE, las obras grabadas se consideran Obras de Pequeño Derecho (que son las que más ingresos le reportan a la entidad), y las obras coreográficas, teatrales o musicales se consideran Obras de Gran Derecho. Esta diferenciación es para mí muy significativa. En las obras de Gran Derecho entran los autores directos de la obra, mientras que en las de pequeño derecho se reparten con los Editores.

Ésta para mí es la clave del deterioro de la imagen de la SGAE, la incorporación de los editores como propietarios de derechos de las obras, tanto fonográficas como impresas. Éstos son los auténticos tiburones y los que han propiciado abusos como el canon.

MG – ¿Qué opinas del caso SGAE?

JPM – Si algo me entristece es saber que la entidad que gestiona mis derechos, realiza abusos con los que no estoy nada de acuerdo. Pero me entristece más, sentir que no es posible gestionarlos de manera autónoma (por lento y caro) o que es muy complicado crear una entidad al margen.

Si las salas se niegan a pagar los derechos a la SGAE, ¿qué hacemos los autores de a pie? Los que no tenemos que ver con canon, con peluquerías ni obras benéficas. Los que desde pequeños solo soñamos con hacer teatro y un día decidimos que esa era nuestra profesión.

Al final, como siempre, pagarán los que no dejamos de trabajar cada día. Queremos una SGAE limpia y respetable. No una SGAE temida y odiada. Una SGAE que pida lo justo y que con la pedagogía necesaria por su parte y la del Ministerio de Cultura, informe y eduque al ciudadano de los derechos que tiene un hijo suyo si algún día decide que su profesión es la de crear contenidos culturales.

Las palabras de Juan Pablo coinciden en aspirar a más representatividad y democracia, como lo que pidieron un grupo de socios de la SGAE cuyas caras más visibles son Achero Mañas o Pedro Almodóvar. Yo creo que la pregunta es si una «refundación» de la SGAE bastará o si es el momento de plantearnos la creación de una entidad pública de derechos de autor, junto a la ya imprescindible reforma de la ley de Propiedad Intelectual.

Este artículo fue publicado por mi originalmente en ALT1040.