Sinde

Quizás el debate es demasiado complejo, o se están discutiendo demasiadas cosas, lo cierto es que el nombramiento de Angeles Gonzalez-Sinde sigue provocando posts. Se habla del futuro de la industria cultural, la distribución de contenidos, el derecho a la cultura, la retribución al artista, las entidades de gestión privada, el canon digital, hasta de la generación de treintañeros que viven con sus padres.

Algunos párrafos que me quiero guardar, casi al azar, porque no hay justicia en dejar de leer los posts completos:


Una persona que califica el canon como claramente insuficiente, cuya designación destruye cualquier posibilidad de alcanzar un equilibrio entre los derechos de los internautas y de los ciudadanos en general y los de esos creadores aferrados a modelos de negocio imposibles hoy en día y que están dispuestos a llevar a todo el mundo a la cárcel con tal de mantener su situación. La decisión de poner a esta mujer ahí es, en realidad, un clarísimo pago por el apoyo de la farándula durante la campaña electoral: a todos los efectos, bien podían haber puesto a Teddy Bautista y llamar a la cartera “Ministerio de la SGAE”.

Enrique Dans: Una pesadilla, Angeles Gonzalez-Sinde, ministra de cultura


Me encantaría pagarle a Julio Medem cada una de las películas suyas que me descargué. Pero no comprando discos, por el amor de Dios… ¡Basta de disquitos, de casetitos, de blu-rays, de cintas de video, de mierditas chiquitas, que se llena la casa de basura y hay que tirar todo cada año y medio! (…)

Si lo que propone la Ministra de Cultura es que Telefónica yRapidshare no se coman todo el dinero que me gasto en ver series y películas, yo encantado de la vida de mandar a la mierda a Telefónicay al Rapidshare. Pero necesito algo a cambio, un sistema mejor que distribuya mi dinero entre los creadores (eso no lo tengo) y que me ofrezca velocidad de descarga y alta calidad de visionado (eso ya lo tengo).

Espoiler: Promesa Pública a la Ministra


Ordenar” el internet, de tal forma que parte del dinero destinado a pagar una conexión de internet con la que se descargan series de televisión, películas o música llegue a los creadores es simplemente meter otro canon digital.

…y ya sabemos cómo le fue a España con elcanon. Miles, posiblemente millones de personas, pagando un impuesto injusto por uso “calculado” de tecnologías, que nada tienen que ver con la realidad; y un gobierno que sigue llamando piratas a quienes descargan para uso privado, aún cuando les hacen pagar un impuesto por, justamente, la copia privada. (…)

Me parece justa la idea de encontrar una forma de pagarle 74 céntimos por episodio al creador de la serie (yo pagaría gustoso 1€, inclusive), pero la solución está lejos del “orden” propuesto por la nueva ministra.
Lo que el gobierno debería hacer es presionar a las discográficas y estudios a impulsar el uso de medios digitales y deshacerse de medios físicos. Estoy seguro que en menos de un mes tienen un acuerdo con Apple y están vendiendo las series y películas en el iTunes.

ALT1040: Casciari, tienes razón, pero no queremos otro canon digital


Cuando hablamos del la libertad de ver algo y no pagar por ello tenemos que pensar en dónde ponemos el acento. Habrá quién diga «Es que eso es malo para la cultura». Bien, supongamos que fuera verdad, que la cultura y las industrias culturales fueran lo mismo (que no lo son) Pero lo cierto es que DA IGUAL. Da lo mismo que pensemos en si algo es bueno o malo o regulín para la cultura cuando el uso social de las tecnologías ya ha incorporado a una generación completa (Y las siguientes) en que el acceso a los contenidos es gratuíto.

No digo que no se puedan implementar formas de control de ese acceso gratuíto, digo que esa generación pensará formas de romper ese control. Siempre, sin excepciones. Y lo hará rápido. Más rápido que cualquier ley. Que cualquier campaña mediática y tecnológica. El motivo es sencillo. Son más cabezas pensando juntas y en red con un objetivo. Es una lucha que no se resuelve. No se gana.

Por el camino, el resultado suele que el servicio que se da es cada vez es peor, las condiones son cada vez peores y la relación entre quién «defiende la cultura» (suspuestamente los creadores que la producen) y quien «la destruye» (las millones de personas que acceden a ella a través de la red. En serio, ¿no es ésto una paradoja como para parar el carro un pelín?) sea cada vez de un mayor enfrentamiento. Cuando ambos grupos (Si es que tal división es posible) Se necesitan. Es más. El grupo de los «creadores» necesita (o necesitamos) mucho más al de los consumidores que el de los consumidores a nosotros. Porque ellos ya tienen los medios para producir cultura de forma autónoma y distribuírla gratuítamente también.

Fílmica, Casiopea: Sí y no, Casciari


El cánon es en realidad un impuesto –de pago compulsivo– que es gestionado por una asociación privada, que decide sin control externo a quién da ese dinero, que hace campañas para criminalizar la copia, que nos insulta a todos tratándonos de piratas, que meten juicios a chavales para generar el efecto chill out y nadie les critique [que les ha fallado rotundamente],  que pretenden convertir a la copia privada en ilegal y últimamente –con el apoyo de varios políticos del PSOE– intentar prohibir el P2P.

Lo anterior, todo junto y en contexto es inaceptable y antidemocrático. (…)

Yo no tengo nada contra la idea de que el estado me cobre para fomentar la cultura, pagaría una “tasa de banda ancha” sin ningún problema, de hecho ya estamos pagando un huevo en la seguridad social –fui tres veces al médico en toda mi vida–, tasas municipales, tasas de no sé qué del carbón, innumerables tasas al gasóleo, IVA, IRPF, paro, etc. etc.

Pero a cambio:

  • Legalizar la copia sin fines de lucro, sea privada o no.
  • Asegurar la neutralidad de la red cualquiera sea el protocolo y contenido.
  • Prohibir todo dispositivo que impida el ejercicio del derecho a copia (i.e. DRM).
  • Que la tasa sea propocional a lo que cobra la operadora o ISP.
  • Que es impuesto lo recaude la administración, no una entidad privada.
  • Que sea la administración la que dicte las reglas de cómo distribuir el dinero.
  • Que el dinero lo controle y distribuya la administración o empresas privadas pero bajo reguladas, auditadas y en régimen de concurso y concesión temporal (como las autopistas, por ejemplo).
  • Que la distribución sea equitativa con métodos de medición más fiables y no solamente lo que se escucha por la radio o TV.

Si están dispuestos a hacer eso, aplaudiré esta tasa.  Habré perdido un poco más de dinero, pero habré recuperado la libertad [otorgada por las tecnologías y quitadas por la ley] y  la seguridad que ese dinero estará mejor distribuido –o que al menos sabremos cómo se distribuye–. (…)

Miré tus últimos doce artículos en el blog –los que aparecen en la caja de la derecha–. En ellos hablas de 63 series y miniseries. ¿Sabes cuántas de esas son españolas? Ninguna.

¿Sabes cuánto dinero transifirió la SGAE a las sociedad extranjeras? De los 382 millones de euros repartidos en 2007, la parte internacional fue de 25 millones de euros. Un 6.5%.

Muy equitativo. Estas cifras parecen más las de un verdadero pirateo, con fines de lucro y a costa del trabajo de los demás.

Ricardo Galli: Casciari tiene razón, pero peligrosamente optimista

Actualizo y agrego:

Los cánones indiscriminados gestionados por organizaciones de intereses creados al servicio de modelos de negocio, como por ejemplo el de El País, cuyos ejecutivos piden dinero y prebendas públicas porque no les salen la cuentas, está detrás de todo esto. Y la ministra y su nuevo director del ICAA se han caracterizado por poner encima de la mesa una visión restrictiva, a veces peligrosa, de cómo resolver este cambio de paradigma. Eso sí, lo hacen con moderación y educadamente, un mérito a añadir para que no haya que tratarles, por supuesto, a patadas, y eso sin perjuicio de que la parodia y la sátira, lo incorrecto políticamente hablando que tanto valoras en las series que te gustan, sea factible. Los que debatimos en la red aspirando a no caer en lo que acertadamente señalas, inventar «conspiraciones paranoicas entre sindicatos de guionistas para salir en la portada de Menéame» sólo queríamos saber cómo se lleva la actitud pública de un medio que se posiciona en contra de hacer lo que en tu página se dice que se hace, pues precisamente la alojan ellos. Viceversa: que te beneficias de los servicios de un medio que pregona lo contrario a lo que haces. Nos mata la curiosidad, efectivamente, pero no es obligario posicionarse uber alles, ya es extraordinariamente bastante que sigas instruyendonos en talento y dramaturgia.

Gonzalo Martín: Con respeto y afecto, Hernán, hay algo que no se ha entendido.

You know how it ends, so why are you still here?

Saber cómo va a terminar Lost, además de la primera pregunta que le hacen a los actores, debe ser algo tan aburrido como eso que alguien alguna vez propuso: contar la historia de modo cronológico. Un asesinato a quemarropa de lo mejor que tiene el show: la forma de utilizar la intriga para matarnos lenta y dolorosamente.

Algo que J.J. Abrams, su creador, (no se pierdan su charla en el TED) hace de forma muy consciente. Dice a Wired:

What I’m getting at is hardly news to anyone: We’re smack dab in the middle of the Age of Immediacy.

True understanding (or skill or effort) has become bothersome—an unnecessary headache that impedes our ability to get on with our lives (and most likely skip to something else). Earning the endgame seems so yesterday, especially when we can know whatever we need to know whenever we need to know it.

People often ask me how Lost is going to end. I usually tell them to ask Damon Lindelof and Carlton Cuse, who run that series. But I always wonder, do they really want to know? And what if I did tell them? They might have an aha moment, but without context. Especially since the final episode is a year away. That is to say, the experience—the setup for a joke’s punch line, the buildup to a magic trick’s big flourish—is as much of a thrill as the result. There’s discovery to be made and wonder to be had on the journey that not only enrich the ending but in many ways define it.

El placer de recorrer el camino aunque no sepamos el destino final, el valor de la experiencia antes que el del resultado. Me gusta eso.

There’s just me

Writing isn’t just a job that stops at six-thirty. (Well, bad writers can do that.) It’s a mad, sexy, sad, scary, obsessive, ruthless, joyful, and utterly, utterly personal thing. There’s not the writer and then me; there’s just me. All of my life connects to the writing. ALL of it.

Russell T. Davies (via Taking Sides)

Like a windowpane

«All writers are vain, selfish, and lazy, and at the very bottom of their motives there lies a mystery. Writing a book is a horrible, exhausting struggle, like a long bout of some painful illness. One would never undertake such a thing if one were not driven on by some demon whom one can neither resist nor understand. For all one knows that demon is simply the same instinct that makes a baby squall for attention. And yet it is also true that one can write nothing readable unless one constantly struggles to efface one’s own personality. Good prose is like a windowpane. I cannot say with certainty which of my motives are the strongest, but I know which of them deserve to be followed. And looking back through my work, I see that it is invariably where I lacked a political purpose that I wrote lifeless books and was betrayed into purple passages, sentences without meaning, decorative adjectives and humbug generally.»

– George Orwell, Why I Write (via tarts)

Photo by jon madison

Battlestar Galactica: Despedida

Cuesta aceptarlo, pero se ha terminado. Battlestar Galactica ha sido una gran serie de TV, que además de una trama de la mejor ciencia ficción, se animaba a cuestionar muchas cosas desde sus guiones. BSG nos habló de religión, nos hizo pensar en la identidad colectiva, en las barreras mentales que nos hacen considerar a otros como otros en una sociedad.

A lo largo de sus capítulos se habló de la necesidad de la separación entre fuerzas armadas y policía, del sistema de prisiones, de las divisiones sociales, del poder y la política, de la voluntad y el deseo. Algo así como lo que dice uno de los productores, Remi Aubuchon: que la filosofía detrás de Battlestar Galáctica es que, mirando algo que está fuera de nuestro tiempo, podamos empezar a pensar sobre nuestra época.

La mayoría de sus personajes mostraron, a la par que sus virtudes, vicios que no queríamos perdonar, pero terminamos entendiendo. Después de cinco cuatro temporadas de hacernos comer la cabeza pensando en quién era cylon y quién humano, nos mostró que eso no era importante. Que eso nunca fue importante.

Fue mucho más que una serie de ciencia ficción. Algunos de los actores cuentan en este video lo que significó para ellos el show.

Por suerte siempre nos quedará Caprica, cuyo primer capítulo acabo de ver, y también me ha parecido excepcional.

Filtro social

El paisaje de los medios de comunicación se ha transformado porque la comunicación personal y la publicación, antes funciones separadas, ahora se entremezclan. Una de las consecuencias es que se rompe el viejo esquema del filtro profesional que separaba lo bueno de lo mediocre antes de publicar; ahora ese filtro es crecientemente social, y sucede después del hecho de la publicación.

Clay Shirky, Here Comes Everybody

Varias absoluciones y una condena: cuál es la noticia

La noticia no es que se ha dictado la primera sentencia condenatoria contra un webmaster de una página de enlaces. Tampoco es cierto el análisis que se extrae de esta noticia respecto del ánimo de lucro como elemento determinante en este caso. La verdadera noticia es que una persona se ha declarado culpable de algo que no era delito según el 100% de los jueces que habían resuelto anteriormente casos idénticos al suyo. Conociendo muy bien la debilidad de los argumentos de contrario, puedo decir que ésta era la única forma de que la industria consiguiera su ansiada sentencia condenatoria: encontrando a alguien lo suficientemente asustado como para aceptar entrar en el juzgado a asentir con la cabeza cuando le llamaran pirata. La industria, que perdía por 8 a 0, ha celebrado en todas las televisiones un gol en propia puerta del equipo contrario como si hubiera sido fruto de sus excelencias futbolísticas.

David Bravo, haciendo algunas necesarias aclaraciones en el caso del que tanto eco se han hecho los medios de comunicación en estos días: la condena al webmaster de Psicopsp.