A meses de Twitter ya se habla del fenómeno. Cuando el microblogging estaba empezando a parecernos más de lo mismo, aparece esta mezcla de msn y blog. Si no has usado Twitter no podrás darte cuenta que es algo sustancialmente diferente. O es lo mismo pero permite usos que ya están cambiando la forma de comunicarnos.
Aunque no sea lo común, puedes escribir un blog sin relacionarte con los demás. Puedes incluso tener messenger y comunicarte con una o dos personas o tres a la vez, pero siempre será parecido a charlar por teléfono.
En Twitter se habla de nosotros; en Twitter estarás absolutamente perdido y aburrido si no agregas a alguien, si no hablas con alguien, o con varios. Da igual que sea desconocido, (¡ya le conocerás, de eso se trata!). Algunos te preguntarán por qué les has agregado, de dónde les conoces. Es bueno, es parte de la conversación. Te da pistas de cómo es la gente, incluso así les estás conociendo.
Dicen que Twitter te pregunta lo que estás haciendo. No les creas, en realidad es una forma de romper el hielo. En Twitter se trata de hablar en público, de escuchar conversaciones en las que todos saben que estás escuchando, de hablar con alguien sabiendo que todos te escuchan. Dicen que hay muchos egos ahí, pero esos mismos egos pueden reírse de sí mismos. Se debate, se denuncia, se cuestionan actitudes, comportamientos. Se habla del tiempo, de lugares, de vinos, de Twitter, de blogs, de otras personas, de otros tuiteros, de internet, de política. de actualidad offline y online. Twitter puede ser un termómetro, una encuesta, un espejo, un chiste. También una conversación aburrida y tediosa. Todo depende de nosotros.
Twitter hace pensar: te cuestionas por qué decir algo, si saludar cuando llegas o no, ves lo que dices, palpas tus pensamientos y los de otros. Quieres definirlo, cuando él te está describiendo. Tu stream se parece a todo lo que ha pasado hoy por tu cabeza. Allí te informas, surgen ideas, humor, conclusiones, confesiones, amigos. El microblogging hace más corta y más clara tu escritura, te obliga a contar caracteres, llenas la pantalla con dedos contando palabras. De twitter surge una nueva gramática, que ya estaba viva en los sms, pero ahora con lenguaje abierto, intergeneracional, interlenguaje. El periodismo está inspirándose en Twitter. La literatura se cuela en Twitter. Todos quieren experimentar. Algo bueno tiene que salir de aquí.