Hasta hace dos meses nunca había tenido amigos geeks. Sí tenía amigos de internet (¿por qué tiene esa connotación tan particular?), pero son amigos con los que hablo en otros idiomas y no son propiamente geeks, sino artistas, fotógrafos, gente que trabaja en diseño o en tv o en cine, todos con una buena conexión a internet.
Para estos amigos yo soy la «nerdie girl», la rara. Y ni hablar de mis amigos offline de hace años, a quienes una vez que pude convencer de las bondades del e-mail, han dado la batalla por ganada y ya se dan por satisfechos. (De que lean mi blog ni hablar. Si alguno lo lee que escriba un comment. Sonido de grillos de fondo. ¿Lo ven?).
Mi feed reader no tenía blogs en español, sólo leía en inglés, y sobre temas muy alejados de los que normalmente hablo con mis amigos offline. Justamente los temas que más me apasionan quedaban aparcados.
Pero desde hace unos meses, concretamente, desde twitter, 20palabras, los twittdays y todo esto, entré más en conexión con periodistas y bloggers hispanos, y empecé a conocer a mucha gente. Gente a la que le pasaban las mismas cosas que a mí, las mismas manías. Empecé a pronunciar palabras que antes sólo usaba por escrito, en mi chat.
Las últimas navidades, por primera vez alguien me preguntó si tenía una wishlist, y de verdad, no me lo pude creer. Hasta ahora siempre hacía wishlists para mí misma, así que pasé un poco. Hasta me daba un poco de corte poner una lista de regalos en mi sitio… Tardé en responder. Me quedé sin regalo pero no me importó, porque al mismo tiempo me dí cuenta de que me lo decían de verdad. Touché.
Mis nuevos amigos geek me han rescatado y los adoro por eso. Por favor sepan comprender estas pequeñas inexperiencias.
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