Cambio: la palabra del 2008

El 2008 fue el año del cambio. Para mí y para todos. Y no estamos hablando de un cambio como cuando decimos rediseño, sino como cuando decimos reset.

Es el año en el que los europeos dejamos de pensar en las pateras que llegan y empezamos a pensar en las hipotecas que se quedarán sin pagar. En el que Rusia nos volvió a hacer acordar que hubo una Guerra Fría, y lo bonito que es tener calefacción en los inviernos europeos. Fue un año que pasará a la historia porque los estadounidenses eligieron no ya a un presidente negro, sino alguien además llamado Hussein y Obama.

Fue el año en el que algunas empresas comienzan a darse cuenta de dónde tienen que estar pero no saben cómo hacerlo . En el que los emprendedores se dieron cuenta de que el lujo de no tener un plan de negocio (conocido) quizás sólo se lo puede permitir un fenómeno como Twitter.

El año en el que perdimos la inocencia con Google, el año en el que por primera vez una tribu surge de internet. El año en el que hemos matado a los blogs y a los videoblogs, sólo para darnos cuenta de que están más vivos que nunca unos, y reinventándose los otros. El año en el que Twitter nos hizo creer que moría pero, a pesar de sus fallos, no pudimos matarlo, y su Failwhale hasta tiene un club de fans. En 2008 Chikilicuatre fue a Eurovisión, algo muy profundo tiene que haber cambiado para que eso suceda. Este año todo se volvió social, la política comenzó a aprovechar eso, allí y en mucho menor medida aquí, aunque por lo menos volvimos a tener un debate. El periodismo se ve desafiado, se cuestiona, se redefine y caen los ingresos de unos medios tradicionales que ven cómo sus audiencias van por otro camino.

Fue un año de cambios bastante profundos, y si teníamos alguna duda, terminó de hacer su entrada en el panorama la crisis. Palabra que sirve de triste excusa de malas decisiones empresariales y abandono, pero también una terrible época de turbulencias que limpiará lo que no sirva, desafiará a continuar a los que ya están en marcha, y obligará a repensarlo todo, a imaginar y a innovar.


3 respuestas a «Cambio: la palabra del 2008»

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